POLITICA
dossier de la mision diplomatica en buenos aires

Ya en 2008, México había advertido posibles grupos del cartel de Sinaloa

PERFIL accedió a un informe elaborado por las autoridades mexicanas que detallaron, desde 2008, las investigaciones abiertas en la Argentina a raíz del escándalo de la efedrina.

Prontuarios. Fotografías del informe mexicano que identificaba a los acusados y mostraba la forma de esconder la materia prima.
| Cedoc Perfil

El 18 de noviembre de 2008, el Consulado de México en la Argentina remitió un informe a las autoridades de su país, con un relato pormenorizado de lo que en esos días sucedía en Buenos Aires: una supuesta célula del cartel de Sinaloa había caído en una quinta de Ingeniero Maschwitz, a 45 kilómetros de la Capital Federal.

El informe, al cual tuvo ahora acceso PERFIL, relata cómo un grupo liderado por Jesús Martínez Espinoza e integrado por ocho mexicanos y un argentino montó una cocina de metanfetaminas, la droga más codiciada de México y Estados Unidos.

Era la segunda que montaba Don Jesús. Antes había intentado establecer el negocio en Pilar, pero se mudó a un lugar más “seguro”.

En una quinta de fin de semana, los mexicanos vivían, producían y dormían. Habían instalado también máquinas para fabricar zapatos de cuero: la pantalla.

Los mexicanos casi no dejaban la casa. El 17 de julio de 2008, la policía irrumpió en el lugar mientras estaban “cocinando”. Los alertó una llamada anónima. El jefe, Martínez Espinoza, iba rumbo al Paraguay. Caería tiempo después. Aquella noche de julio terminaron detenidos siete mexicanos y el argentino del grupo, Marcelo Tarzia, allegado a Sebastián Forza. Forza sería asesinado en agosto de 2008 en el marco de una compraventa de efedrina.

Uno de los mexicanos, José Luis Velasco Colón, nunca quedó procesado y regresó a México. Los otros siete mexicanos no tenían antecedentes penales, fueron enjuiciados en la Argentina y condenados a seis años de prisión.

Beneficiados por la Ley Nacional de Políticas Migratorias, cumplieron en 2011 la mitad de la condena y pudieron regresar libres a su país. El líder fue enjuiciado más tarde y permanece detenido.

Como Don Jesús, la mayoría era de la ciudad de León, Sinaloa, y se los encontró produciendo metanfetaminas y sacando del país efedrina –la materia prima de la droga– en paquetes de yerba mate, pero ninguno admitió haber pertenecido al cartel de Sinaloa.

Sin embargo, en 2012, Velasco Colón demostraría que el grupo pertenecía a esa organización o estaba ligado a ella (ver aparte). Una línea de la investigación no descarta que Don Jesús haya sido un “aventurero” que hizo rancho aparte y viajó a Buenos Aires financiado por otros mexicanos para establecer en el país la fabricación de la sustancia o para controlar el negocio de la efedrina, que entonces se compraba y se vendía como facilidad.

En el informe del Consulado de México también se relata la relación de Forza con Martínez Espinoza, de quien buscaba ser proveedor de efedrina, y la fuerte conexión del mexicano con el Paraguay, donde se refugió cuando cayó su cocina.