Algunas de las crónicas que reseñaron su vida cuando el pasado 15 de junio cumplió 100 años, recordaron que cuando en 1944 Horacio Salgán presentó su primera formación musical hubo quienes para criticarla esgrimieron que tenía un cantor que “tocaba mal y un pianista que tocaba peor”. Pero la historia del tango algo sabe de ponzoña y rechazo ante la aparición de un nuevo integrante. Quizá sea Astor Piazzolla el ejemplo más elocuente de una situación similar.
Pero con el correr del tiempo, Salgán se forjó un camino que lo convirtió en uno de los próceres de la música de Buenos Aires. Fue pianista, director musical y compositor y sobre todo uno de los llamados renovadores del tango.
Niño prodigio. Según detallan algunas biografías de sitios especifícos de la música ciudadana, a los 13 años Salgán era considerado un prodigio ya que se lo tenía como el mejor alumno del Conservatorio Municipal, donde tocaba obras de Bach, Beethoven, Chopin, Debussy y Ravel. A los 14 años trabajó como pianista acompañante de cine mudo en la sala Universal de Villa Devoto.
Su debut profesional fue a los 20 años como arreglador de la orquesta de Miguel Caló y en su trayectoria formó parte de la orquesta de Roberto Firpo y posteriormente dirigió el famoso Quinteto Real, que conformaron Enrique Mario Francini, Pedro Laurenz, Ubaldo De Lío y Rafael Ferro. Al margen, por ejemplo, Edmundo Rivero comenzó con él su carrera como cantante profesional. En los años 70, Salgán fue de los que llevaron el tango por el mundo y compartió escenarios con Yves Montand, o el guitarrista Paco de Lucía. Y fue un hito cuando en 1972 organizó el Recital de Tango en el Teatro Colón, en el que actuó con su orquesta y Roberto Goyeneche.
Centenario. En ocasión de sus mencionados 100 años, Salgán lo celebró donde pasó la mayor parte de su vida, en un escenario. Y fue en el del Centro Cultural Kirchner, donde se presentó con la formación actual del Quinteto Real junto a La Orquesta, que dirige su hijo César Salgán, una manera de interpelar de diferente manera la historia musical del “maestro”. Allí se interpretaron varios clásicos de su autoría, como A fuego lento, La llamo silbando, Tango del eco y A una mujer.
Ayer su familia anunció su deceso.