“Y jamás volveré a fijarme en la cara de los demás, esa careta idiota que tira y tira para atrás”. Con ese fragmento de la recordada canción de Sui Generis, Lunes otra vez, se presenta Agustina Kämpfer en su perfil de la red social Twitter. Progresista, relajada, fiel a sus convicciones; así se muestra la novia del vicepresidente Amado Boudou.
Ahora, a dos días de que se consagre como papa el argentino Jorge Bergoglio, la joven periodista se convirtió, quizás sin quererlo, en la única de la gran familia de la Casa Rosada en proclamarse en contra del nuevo Santo Padre desde que fue designado como tal. “Ay! No, no me pone contenta. No me llena de orgullo. No.”, escribió en su cuenta de Twitter no bien se conoció la noticia que el mundo entero estaba esperando desde la polémica renuncia de Benedicto.
Desde entonces, continúa escribiendo y sobre todo retuiteando –es decir, compartiendo mensajes de otros– cuestionamientos a Francisco en la red social. “Un argentino al mando de una institución que encubrió y encubre el abuso sexual de curas a miles de niños en todo el mundo. Y bueno”, se descargó. Además de este tipo de argumentos, lógicos de quien descree no necesariamente de Dios pero sí de la Iglesia, arremetió sobre las sospechas de colaboración con la última dictadura militar del nuevo líder de los católicos y criticó decisiones como proclamarse en contra del matrimonio igualitario o el aborto no punible.
“Supongo que ya todos deben estar acostumbrados a que me salga del esquema protocolar”, reconocía Kämpfer en una entrevista con la revista ¡Hola! esta semana. En ella habló sobre su viaje espiritual, que la tuvo durante enero en tierras de Osho, a quien sigue desde hace ocho años, y posó espléndida en una producción desde el ashram –una especie de templo de meditación– del gurú del sexo, sin que a su espíritu despojado y rebelde le hiciera ruido. También, desmintió rumores de separación con Boudou.
Pero aunque dice que la experiencia la hizo “cambiar el chip” y que se conectó con el lado luminoso de las cosas, no puede pasar de verse metida en discusiones terrenales. “No entiendo; ahora somos todos reee católicos y la Iglesia es la casa de Dios de verdad?”, tuiteó, provocando respuestas agresivas –comunes en las redes sociales– de quienes piensan distinto.