“Me divierto mucho cada vez que estoy por entregar un editorial. Cuando tengo uno listo se lo leo, y él (Amado) se copa tanto, que empieza a tirar ideas y si su sugerencia no me parece atractiva, ¡se me hace el ofendido! Me termina diciendo: “si no te interesa mi opinión, ¿para qué me preguntás?.”
La que habla es Agustina Kämpfer. En el marco del aniversario de la celebración de Minga!, la revista que dirige, accedió a responder unas preguntas por correo electrónico a PERFIL. “Una revista con dos años de vida es aún súper joven, casi nueva. Y a la vez, a mí estos dos años me significan un aprendizaje tan grande, que siento que pasaron cien”, explicó en relación a este proyecto editorial que tuvo su celebración esta semana en Be Bop, un moderno sótano de San Telmo. Allí, la noche fue animada por Bacarat, el conjunto liderado por Sergio Pángaro. Fueron varios los artistas y periodistas que decidieron estar presentes.
—Se sabe del gusto de Amado por la música. ¿Te da consejos musicales?
—El es muy fan del rock nacional fundador, pero no la tiene tan clara con las bandas nuevas. A veces le cuento que vamos a entrevistar a tal o cual grupo que es bien de ahora, y le tengo que hacer un upgrade porque no tiene idea de quiénes son. A mí me gustan mucho Los Heladeros del Tiempo, ¡y él los llama Los Bocha de Crema! Yo le digo que el Parakultural ya cerró, que cuando quiera lo llevo a Vorterix a ver algo bueno.
—En la revista se conjuga mucho la voz del artista en relación a temas políticos. En este contexto, ¿harían notas con algún artista que no tenga tanta identificación con este gobierno?
—Las hacemos permanentemente y nunca contemplamos no hacerlas, ¡todo lo contrario! La contratapa del primer número, por ejemplo, fue Ricardo Darín, que nos dio una nota muy interesante acerca de cuestiones políticas, sociales y culturales. La entrevista a Juan José Campanella también fue una de las más ricas. El contenido es más ciudadano que partidario. Sucede que, no todos claro, pero sí gran parte del mundo de la música, el cine y el teatro comparte una misma línea de pensamiento, apoya ciertas mismas causas, con cierta identificación oficial. Eso no se puede negar.
—¿A quién te gustaría entrevistar?
—Al Indio Solari. Lo pasé a la lista de las utopías el año pasado. El es uno de los personajes más magnéticos de nuestro país. ¡Sería capaz de participar en un reality si el ganador fuese su próximo entrevistador!
—En los Premios Tato surgió una polémica sobre la grieta que hay entre periodistas. ¿Pensás que hoy efectivamente existe o se trata de que han surgido en forma más punzante, quizá, nuevas voces que se contraponen?
—No entiendo bien por qué pero siento que cierto sector social, bastante influyente por cierto, andaba necesitando cubrir un espacio que en su momento perteneció a Mariano Grondona y a Bernardo Neustadt… Es como si ese protagonismo hubiera quedado vacante y en estos días hubiera encontrado un reemplazo a la medida justa. Y de ahí salen todas esas pavadas como la famosa grieta y no sé qué. Pero queda claro que son precisamente los que instalan el concepto los que mueven la tierra para que se abra. Pero Argentina es imposible de deshermanar por más taladro empresarial que algunos quieran hacer penetrar.
Rockstar. El martes no fue un día fácil para Boudou. Guillermo Reinwick, integrante y familiar de los dueños de la ex Ciccone Calcográfica, declaró ante el juez federal Ariel Lijo por la causa que involucra al vicepresidente en un presunto caso de tráfico de influencias para salvar a la empresa. De todas formas, Amado se hizo presente. Llegó al lugar donde su novia celebraba alrededor de la 21 y sin dudas se transformó en el foco de atención de la noche. Relajado, el vicepresidente bebió sólo agua mineral.
Luego del show de Bacarat, se animó a dar varios pasos de baile incluso hizo pogo cuando sonó un tema de Queen. Pasada la medianoche, cuando los fotógrafos ya se habían retirado y sólo quedaba unas cincuenta personas, Amado subió a tocar unos temas. Fue algo improvisado. Subió al escenario junto a su amigo Manuel Quieto, el líder de La Mancha de Rolando. Tocaron una hora: fue una zapada de rock nacional, dode esta vez no se calzó la guitarra; solamente cantó.