¿De quién hablamos cuando hablamos de Calu Rivero? ¿Es la modelo exitosa que supo hacer una marca de sí misma, que atrae pasarelas de aquí, allá y todas partes? ¿Se trata de la influencer sensible que retrata modos de vida y que pregona por un mundo ambientalista? ¿O es esa actriz que va haciendo su camino al andar y se convierte en un ícono de lucha feminista luego de transitar una experiencia dolorosa?
Con 31 años, Rivero tal vez sea un poco cada una de ellas. Uno de sus últimos videos en su cuenta de Instagram retrata este presente que la coloca dentro de una nueva faceta: autora de un libro. Sentada en un banco en la entrada de Shakespeare and Company, la librería parisina donde se filmó una escena de Medianoche en París, Calu aparece emocionada en un video, abriendo un paquete donde se encuentra con su libro recién salido a la venta, una autobiografía fotográfica donde cuenta su vida a través de imágenes y pequeños textos.
“Venía sintiendo la necesidad de encontrar formas diferentes de acercarme a la gente que me sigue. Este libro es algo muy valioso para mí, es una forma directa, sólida, menos volátil y efímera que las redes y los medios, para ofrecer mi experiencia para que pueda servir a otros. Me enamora esta proximidad física que tiene el libro, que las redes no tienen. En esa búsqueda de proximidad, de interacción, de vaciarme para transformarme y de honestidad absoluta es que llegó la propuesta del libro”, cuenta Calu en un intercambio de mails con PERFIL desde París, quien repasa en estas 303 páginas distintos momentos de su vida, incluyendo un momento que tituló: “No era ficción, me estaba sucediendo en realidad”, donde cuenta lo que le tocó vivir en 2012, mientras grababa la telenovela Dulce amor.
—¿Cómo ha sido la experiencia de hacer ficción con “Campanas en la noche” y luego de haber comentado públicamente la situación que viviste en “Dulce amor”?
—Campanas es animarme a más, tomar un personaje tradicional que representaba simbólicamente todo eso que dañó. Luciana es una mujer maltratada, abusada, violentada en un círculo machista. Con la producción, con el director, con mis compañeros, decidí proponer otra forma de contar una historia romántica y poder transformar ese personaje en todo lo contrario. Esa experiencia me hizo comprender que la lucha por la igualdad de sexos y de género no radica en el enfrentamiento y en la violencia. Crecer como sociedad es igual que crecer como persona, solo se puede a través de la honestidad, la comprensión y el amor.
—¿Qué cambios notás en el medio a partir del nuevo paradigma con respecto a la igualdad de derechos y el trato hacia la mujer, incluyendo temas de acoso y abuso?
—Todavía no son tantos los cambios. Soy una convencida de que con diálogo honesto podemos hacer un mundo mucho mejor. El cambio que proponemos es profundo. Será un largo camino por recorrer para que sea real. Así como el patriarcado fue un proceso histórico construido durante años, desarmarlo no será inmediato. Pero yo personalmente seguiré poniéndole el cuerpo a esta deconstrucción.
—La periodista Luciana Peker dice en tu libro que tu conquista fue imponer el “No es No” en la pantalla argentina, “salir del closet del silencio”. Cuando te ves en la foto levantando el cartel en una manifestación y con los brazos en alto, ¿qué pensás o soñás que suceda con esta cuestión de acá hacia el futuro?
Lo veo y pienso que sin duda lograremos la igualdad entre sexos y géneros por la que luchamos.