Es una institución que nuevamente se encuentra en una meseta ya que la alianzas maritales con plebeyos no sorprenden. Quizá en un futuro puedan volver a causar alguna sorpresa si algunos de sus integrantes más jóvenes sume a la familia a la hija de famosos como Madonna o algun rockstar o incluso si hacen público algun “matrimonio igualitario”. En este 2017, los mandatarios del mundo y sus familias generan fuera de las noticias estrictamente políticas y economicas. Como ejemplo, basta poner a la familia Trump o a la historia de amor de Emmanuel Macron.
De todas formas, la monarquía europea esquiva a ese mundo y se ubica en la delantera –aunque sea de manera efímera– cuando reune a muchos de sus integrantes producidos con todos sus oropeles a la vista. Y esto sucedió hace unos días en Oslo donde príncipes, reyes y reinas participaron del 80º cumpleaños
de Harald y Sonia, los reyes de Noruega. Dicho festejo se convirtió en la mayor cita de la realeza europea en mucho tiempo. Los monarcas anfitriones organizaron dos días de celebraciones tanto con el pueblo con “su grupo”. El comienzo lo marcó una cena de gala en el palacio real que incluyó con el saludo de los reyes en el balcón mientras los ciudadanos congregados les cantaban el Feliz Cumpleaños; el resto de la realeza presente seguía ese show desde otras balaustradas. Fue en ese momento cuando se hicieron patentes las ausencias en la celebración.
Como en todo festejo, incluso en los monárquicos también hubo ausencias de algunas coronas. En el caso español, la participación de los eméritos Juan Carlos y Sofía completó el cupo iberico, aunque no en todos los actos previstos. La corona británica, la de Liechenstein y la de Bulgaria estuvieron ausentes. Pero en el presente esas faltas no causaran problemas por venir sino apenas misivas de disculpas.