PROTAGONISTAS
el alemán que también quiere su premio

Edward Berger dirigió la película que ‘pone en peligro’ el Oscar que busca la Argentina

Hasta Ricardo Darín comentó que “Sin novedad en el frente” es una candidata fuerte para el Oscar a la Mejor Película Extranjera. En caso de ganar, su director, Edward Berger, haría que la tercera versión cinematográfica de la famosa novela de Erich Maria Remarque, consiga otra vez un premio de la Academia de Hollywood. Y, a su vez, pondría a Berger en un radar fuera de Alemania, donde él concentró todo su trabajo como director y guionista. Para él, fue mportante hacer esta película porque, explicó, para los alemanes hay un sentimiento de culpa a la hora de narrar lo sucedido en esa época.

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Troupe. Berger en el lanzamiento de Sin novedad en el frente; y en los premios Bafta con el escritor Edward St. Aubyn. | Shutterstock

Todo el país quiere que Argentina, 1985 gane el Oscar a Mejor Película Extranjera, pero tiene una rival que hasta el propio Ricardo Darín comentó podría ser la elegida. Se trata de Sin novedad en el frente, del director alemán  Edward Berger basada en la novela homónima de Erich Maria Remarque sobre la Primera Guerra Mundial. Y si bien por la realización, en términos de despliegue, inversión y técnica, es lo que podría denominarse una superproducción, la película contiene otras capas. El tema, la guerra, tiene particularmente convulsionada a Europa con lo que la relevancia tópica es, para empezar, oportuna. 

“El libro se siente muy relevante”, afirmó en una entrevista reciente Edward Berger, consultado por la actualidad de la novela que había decidido adaptar al cine. “No se siente que es un libro de hace cien años. Es muy moderno, bruto, violento; podría tener lugar ayer mismo. En eso radica un poco su genialidad”. 

La otra mirada. Hasta llegar a la dirección de Sin novedad en el frente era, ante todo, un director y guionista de trascendencia más que nada en el cine y la televisión alemana, participando en una veintena de proyectos, más allá de la dirección de algunos capítulos de la serie Your honor, protagonizada por Bryan Cranston. Su película con más repercusión había sido Jack, en 2014, que narra tres días en la vida de un niño que se queda fuera de su casa con su hermano pequeño. Pero la proyección internacional de esta cinta financiada por Netflix lo puso en otro lugar, en cuanto a críticas y premiaciones. 

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Por mencionar un ejemplo no menor, en enero último recibió catorce nominaciones en los premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (Bafta), un récord para una película de habla no inglesa. La potencia de la actualidad no es la única virtud de Sin novedad... En otra entrevista, brindada en noviembre del año pasado, Berger vinculaba la película no solo con la dificultosa construcción de la identidad germana en el cine, sino también con un sentimiento mucho más problemático: la culpa (alemana). Y esa culpa deriva en la legitimidad a la hora de contar una historia. El hecho no menor de que la primera adaptación de la novela de Remarque se realizara en Hollywood da cuenta de que, en términos bélicos, al cine alemán le costó mucho tomar la palabra. “Para mí una de las principales motivaciones fue que este tipo de historias siempre fue contada por Estados Unidos o por Inglaterra”, explicó Berger. “Y durante mucho tiempo pensé que la razón principal era el financiamiento, ya que se necesita mucho dinero para realizar algo así. Pero eventualmente me di cuenta de que no es solamente por eso, sino más bien por las historias que tenés permitido contar. Tomemos por caso los norteamericanos: irrumpieron en la guerra dos veces y liberaron a Europa del fascismo. Y hay un legado totalmente diferente para los jóvenes de ese país, las generaciones posteriores y también para los realizadores cinematográficos. Hay una historia que pueden contar sobre heroísmo, orgullo y honor respecto de lo que sucedió. Y no hay nada de eso en Alemania. Solo hay culpa, vergüenza, horror y un sentido de responsabilidad acerca de lo que es la historia”. 

La tercera versión. Publicada como novela en 1929, Sin novedad en el frente fue prohibida en 1933 y hasta quemada por el régimen nazi en una hoguera pública, ya que fue calificada como “antipatriótica”. Es que en esas líneas se retrata más el absurdo de la guerra que el heroísmo. Una aguda y pertinente perspectiva que llevó a Lewis Milestone, director veterano de la Primera Guerra Mundial, a llevarla a la gran pantalla en 1930. Y no le fue nada mal: ganó el Oscar a Mejor Director y también a Mejor Película.

Bastante menos popular, aunque con buenas críticas y reseñas, fue la remake de 1979, que llevó a cabo Delbert Mann. Esta tercera versión del libro vuelve a poner en escena a la Primera Guerra Mundial, luego del gran éxito que fue 1917, de Sam Mendes. Quizás el diferencial de esta gran producción es precisamente la manera de abordar la historia, con sus protagonistas sus antagonistas y la brutalidad que gobierna esos minutos en donde a veces las cosas se estancan, sin novedad, pero cuando estallan arrasan con la vida, sin tregua.

“Las decisiones que tomamos como realizadores están formadas por cómo crecimos, cómo nos sentimos y cómo vemos las cosas. Y esencialmente, en definitiva, una película diferente podía salir y era algo interesante para compartir con el mundo, con el resto de los países”, sostuvo Berger. “Este libro está con nosotros desde que soy chico y tenemos una educación diferente respecto a lo que es la guerra. Sentíamos que esta perspectiva era importante de mostrar”, prosiguió el director que podría no solo quedarse con el Oscar que el cine argentino anhela ganar por tercera vez, sino también con las otras ocho nominaciones, entre las que están la categoría mayor: Mejor Película de Hollywood 2023.

 

Ecritor y ‘german lover’ 

Erich Maria Remarque nació en Alemania el 22 de junio de 1898. Fue reclutado en 1916 y en 1917, enviado al Frente Occidental. Fue herido pero, recuperado, volvió a pelear. Recibió la Cruz de Hierro y en 1919 lo licenciaron del Ejército. En el hospital produjo sus primeros escritos de guerra, que compendió bajo el título Acerca de la Guerra. Se casó con Jutta Zambona y en 1929 publicó Sin novedad en el frente. En 1930 se divorció, y vivió en Hollywood, donde Sin novedad... fue llevada al cine y eso lo hizo famoso. Allí tuvo romances con Hedy Lamarr, Dolores del Río y Marlene Dietrich, y se vinculó con exiliados, como Bertolt Brecht. Luego se mudó a Suiza hasta su muerte, con su mujer, la actriz Paulette Goddard.