Software y vikingos. Para la mayoría de las personas son dos palabras difíciles de utilizar en una misma oración, pero para Hernán Maschwitz es distinto. El quizá sea uno de los pocos que las pueden usar sin problema. “Me fui a Irlanda a trabajar como ingeniero en software y terminé en Vikings, una de mis series favoritas”, cuenta a PERFIL el joven de 27 años nacido en Buenos Aires.
La serie de la cual habla Hernán es una de las más exitosas de la actualidad y cuenta la historia de Ragnar Lothbrok, un vikingo sin poder que termina siendo rey y que luego es sucedido por sus hijos. “Estar ahí metido fue una locura porque te das cuenta de todo el esfuerzo que lleva filmar los capítulos”, asegura el ingeniero, y da más detalles de cómo terminó trabajando de actor.
—¿Cómo terminaste viviendo en Dublín?
—Trabajaba en Argentina de ingeniero en software. Nunca se me ocurrió irme afuera pero hice un viaje a Dublín antes de recibirme y cuando volví me quedaron las ganas de vivir afuera por la experiencia. Así que me recibí y busqué entrevistas de trabajo en el exterior. En una de esas me entrevisté con Amazon, fui pasando instancias y cuando quedé me vine con una visa de trabajo.
—¿Cuándo te enteraste de que ahí hacían castings para “Vikings”?
—Como tenía la visa de trabajo, en un primer momento solo podía trabajar para Amazon. En una de esas me entero por un amigo de que estaban buscando gente para Vikings y me encantó la idea de probar, porque es una de mis series favoritas, pero no podía ir por este tema de la visa. El año pasado me sale el pasaporte europeo y me entero de que había un evento del mismo estilo por la serie. Estaba viviendo con una amiga y dijimos: “Vamos”.
—¿Y qué pasó?
—Fuimos al casting, que fue más que nada completar unos formularios y sacar una foto. Yo nunca había hecho nada de actuación así que inventé que había estado en publicidades en Argentina (risas). Después de eso nos dijeron que nos iban a llamar si nos necesitaban y a mí me dijeron que me dejara la barba larga y no me cortara el pelo para parecer de la época. Resulta que al tiempo a mi amiga la llamaron y a mí no, así que me afeité pensando que ya no harían. A los días me llaman para hacer escenas y tuve que ir como estaba.
—¿Tuviste algún día de práctica o te hiceron ir directo a las escenas?
—Cuando me dijeron que había quedado, primero fui un día antes para hacer un training. Fue un entrenamiento porque iba a hacer de un soldado ruso. Un ex militar irlandés nos enseñó a marchar, cómo ponernos en los ataques y algunos movimientos de batalla. Después de eso ya cada vez que volví fue para filmar.
—¿Cómo llevaste el tema de actuar?
—Hacía un poco lo que iba saliendo. Cuando tocó una escena que estaba medio en primer plano traté de no mirar a la cámara y de no hacer nada exagerado. La verdad es que no sé nada de actuación así que me guíe por la lógica.
—¿Pudiste hablar con los actores principales?
—Estuve con Alex Høgh Andersen, que hace de Ivar, en varias escenas. Un pibe muy buena onda. No pude charlar mucho con él porque los pibes están muy a full. Terminan una escena, se meten a una carpa a cambiarse y salen para hacer otra. Pero sí en un momento que lo vi medio libre me acerqué y le pedí una foto. Los irlandeses me miraban medio raro porque a ellos ni se les hubiera ocurrido acercarse a pedirles una foto, pero yo no tuve mucho problema.
—¿Te sorprendió estar en una producción así?
—Yo no tenía ni idea de cómo se hacían las cosas. Pensaba que era todo pantalla verde, pero ahí vi que no es así. Hay muchísima gente trabajando, paneles que usan para tapar el sol y manejar la luz, máquinas por todos lados y más cosas así.
—¿Te ves dejando la ingeniería para ser actor?
—Yo sabía que era algo temporal. De hecho tuve que tomarme vacaciones en el trabajo para poder hacerlo. Volvería a hacerlo porque la experiencia fue increíble y me divirtió mucho. Pero nunca se me ocurrió plantearmelo como una opción para cambiar de carrera.