“Estoy bárbaro, disfruto de mi tiempo en familia. Me gusta esta flexibilidad de horarios. Antes no jugaba al tenis, pero ahora puedo hacerlo porque ya no me entreno como antes. Ya tengo planes con unos amigos de ponerme a jugar al tenis una o dos veces por semana”. Esto decía Emanuel Ginóbili a fines de 2018 en una entrevista con la NBA, y dejaba ver cómo cambió su vida desde que en abril pasado jugó su último partido.
El retiro de la camiseta Nº 20, la celebración que organizaron los San Antonio Spurs y la ovación del público fueron momentos que nunca olvidará. Sin embargo fue después del evento, con el público ya fuera del estadio, cuando Manu disfrutó a pleno. Allí estaban su esposa, hijos, padres, hermanos y sobrinos, sacándose fotos y festejando con él. “Los que marcamos el camino y nos quedamos tirados en la banquina. Gracias, Manu, de parte de tus hermanos”, bromearon Leandro y Sebastián en las redes sociales.
Ellos lo apoyaron durante sus años como profesional y relegaron tiempo para que él pudiera enfocarse en su carrera. Quizás quien más vivió esa situación fue su mujer, Marianela Oroño, y él se lo reconoció. “Debería durar dos horas el evento para agradecerte. Gracias por relegar tanto de vos para ponerme como prioridad a mí. Voy a estar en deuda para siempre. Sé que te robé mucho tiempo. Calculo y estimo que tengo cuarenta o cincuenta años para retribuirte”, le dijo, y emocionó a todos al darle las gracias.
Pocas vacaciones, partidos en épocas festivas y extensos viajes hicieron que se perdiera muchos momentos, y quiere recuperarlos. Así lo demostró el año pasado, cuando vino a pasar Navidad y Año Nuevo al país y a descansar en unas largas vacaciones en las playas de Monte Hermoso.
Esto se extiende a sus amigos también. Luis Scola, Pablo Prigioni, Fabricio Oberto y Andrés Nocioni fueron algunos de los miembros de la Generación Dorada con los que pasó las fiestas, y que viajaron para estar con él la noche del jueves. Varios se hospedaron en el Grand Hyatt de San Antonio. Al llegar, recibieron presentes con una tarjeta que decía: “Gracias por compartir este momento con nosotros”, firmada por Manu y su esposa. Durante la estadía pudieron disfrutar desayunos y comidas con ellos.
Además, Oberto hizo su debut musical en Estados Unidos con su banda, New Indians, y en el público estuvieron los basquetbolistas.
El futuro. “Sabía que había mucha expectativa, porque muchos amigos me llamaron preguntando dónde podían conseguir entradas y la última vez que pasó algo similar fue cuando llegamos a las finales. Fue una noche muy emocionante”, explicó George Salinas a PERFIL, quien se hizo famoso el año pasado al colocar un cartel gigante en San Antonio (Texas) pidiéndole a Ginóbili que jugara un año más. Finalmente no sucedió, pero ayer lo acompañó en el estadio y en la actualidad guarda el cartel en su casa deseando que Manu se lo firme.
Esta es solo una de las tantas demostraciones que los fanáticos le han hecho en los últimos meses a Manu, y él les aseguró que, si pudiera, le daría la mano a cada uno de ellos. “Y a los que están en Argentina, sé de sus esfuerzos por ver mis partidos, del aliento que me dieron estos años y les cuento que todo ese apoyo llegó”, comentó.
De todas formas, los fans tendrán que esperar para volver a verlo, porque por el momento no hay planes sobre posibles trabajos. Varios lo ven con roles importantes dentro de la NBA, como su entrenador, Gregg Popovich, o su suegro, Luis Oroño, que fue jugador y hoy dirige. A Manu no lo ven liderando un equipo, sino más bien como manager o reclutador de futuras promesas.
Lo cierto es que, tras la despedida, Ginóbili tiene la cabeza enfocada solo en su familia. Los mellizos Dante y Nicola y Luca, el más pequeño, están dando sus primeros pasos en la educación y él quiere estar presente para ellos. Llevarlos al colegio, buscarlos, ayudarlos a estudiar y jugar al básquet, o a cualquier otro deporte.
También, juntarse con amigos, comer lo que antes no tenía permitido, salir con su mujer y disfrutar de todo aquello que hasta el año pasado había dejado en segundo plano. Puede que vuelva a los Spurs o incluso a la selección argentina, pero hoy lo primordial es su familia.