PROTAGONISTAS
La torta que comió el ministro Avogadro

Hablan los creadores del polémico ‘Cristo Comestible’

Son pareja en la vida y en el arte. Educados en el cristianismo trabajan con imágenes sacras y elementos lúdicos. Madonna y Alex de la Iglesia les compraron obras. Al Papa le llevaron una ‘Barbie Virgen de Luján’.

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Propuesta. Emiliano y Marianela reversionan muñecos de conocida marca en imágenes sacras. | pool y marianela

Emiliano “Pool” Paolini y Marianela Perelli se vieron envueltos en una inesperada polémica cuando Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño, comió una porción de una torta con forma de Jesús. La obra responde a Kidstianismo, un mundo paralelo donde se ve la religión desde la mirada de los millennials. Tras las críticas recibidas por el cardenal Mario Poli, quien dijo que era “un agravio al espíritu religioso”, PERFIL habló con Emiliano al respecto. “Nuestra obra no ofende a la Iglesia y respaldamos a Avogadro por su compromiso con el arte.”

—¿Qué significaba la torta?
—Buscamos mostrar cómo los niños absorben las metáforas y las liberalizan. La religión cristiana es muy shockeante. Nosotros éramos chicos y entrábamos a un lugar donde se veía a un señor colgado de una cruz con un tajo sangrando en el costado y su madre llorando. Son imágenes fuertes para un niño. Cristo era mi héroe favorito, cuando me dijeron que me tenía que comer su cuerpo me puse a llorar. La torta es la forma de nuestro “Yo niño” para defenderse del trauma de recibir la Primera Comunión. Viene a ser un cover de Jesús; en vez de ostia y vino nosotros hicimos torta y chocolatada.

—¿Que pasó en Los Angeles  donde la presentaron por primera vez?
—Nosotros ya habíamos hecho una exposición allá con nuestra obra Barbie The Plastic Religion (N. de la R.: vistieron a la muñeca como las diferentes apariciones de la Virgen María). Cuando la presentamos allá fue tal el revuelo que hasta Madonna nos compró una de la Virgen de Lourdes y ya quedamos dentro del espacio. Al comenzar a preparar Kidstianismo se la propuse al dueño y le encantó. Sin embargo, no tuvo la repercusión que tuvo acá porque no previmos una cosa: se comió entera el primer día y la expo duraba treinta. Entonces quedó todo alrededor, pero un hueco en el medio y no estuvo bueno. De hecho Alex de la Iglesia, que es cliente nuestro, estaba en la ciudad pero no pudo venir a la inauguración y no logró ver la torta. A partir de eso, quisimos una revancha y fue en la expo del fin de semana pasado.  

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—Una de vuestras Barbie llegó al Papa: ¿cómo reaccionó?
—Fue buenísimo. Mattel quería celebrar los sesenta años de la muñeca y nos convocan a nosotros para una muestra que se hizo en el Louvre, en París. Una vez ahí le escribimos a un representante del Vaticano. Queríamos darles una pieza para que vean que no estaba hecha con maldad. Llevamos una Virgen de Luján y se la entregamos a Francisco en la mano: él la tomó y nos dijo que era bellísima mientras nos miraba con una sonrisa.  

—¿Sos religioso?
—Tengo formación católica. Fui a escuela de curas y de hecho está por nacer nuestro hijo y se llamará Teo, que en griego significa Dios. Me pasaron muchas cosas, pero sigo siendo cristiano. Sé diferenciar que en la Iglesia hay gente mala, pero también muchos otros comprometidos.

—¿Qué sensación tenés luego del escándalo?
—Yo a la torta la defiendo y sé que no tiene mala intención. Sacando eso, puedo decir que el momento de cortarla fue muy impresionante. En Los Angeles no lo hice yo, la corté por primera vez acá y fue feo. Pero si la llegamos a hacer de nuevo creo que no la cortaría. Esto no es un pedido de disculpas aunque me pongo en la mirada de alguien que le molestó y comparto con ellos que me shockeó la situación.

PERFIL también se comunicó con Caren Carlini, la pastelera que hizo la torta. “Nos tomó dos días de trabajo. Medía un 1,85 metros y pesaba 85 kilos. El material que se usó es de color rojo así que cuando la hacíamos y rellenábamos parecía carne”, explicó. Según indicó, el costo de los materiales fue de 12 mil pesos y era para aproximadamente 150 personas. “Posescándalo me llegaron propuestas para hacer tortas de cumpleaños con formas  humanas  y otras ideas similares. Quizás encontré una nueva veta laboral”, cierra entre risas Carlini.

De León Ferrari a ‘Vogue’

No es la primera vez que un “hecho artístico” genera tensión entre la Iglesia Católica y la política. En 2004, el artista León Ferrari presentó varias obras en el Centro Cultural Recoleta que fomentaron el enojo de Jorge Bergoglio, que en ese momento era el arzobispo de Buenos Aires.  

En la muestra se podían ver imágenes religiosas mezcladas con otras eróticas, mientras que Jesús, su madre y varios santos ardían en el infierno. Y también el famoso Cristo sobre un avión bombardero. “Es una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad. Me apena que este evento sea realizado en un centro cultural que se sostiene con el dinero que aporta el pueblo cristiano”, dijo en ese momento el hoy papa Francisco. “Más lamento yo que la religión que Bergoglio profesa castigue a los que piensan diferente. Si algo avergüenza a nuestra ciudad no es esta muestra, sino que se sostenga que hay que torturar a los otros en el infierno”, respondió Ferrari.

Algo similar sucedió hace algunas semanas cuando la revista Vogue inauguró en el Museo Metropolitano la exposición “Cuerpos celestiales: moda e imaginación católica”. Decenas de famosos asistieron vestidos con prendas que imitaban a personajes del catolicismo. Por ejemplo, Katy Perry se vistió de ángel, y otros siguieron la misma tónica lo que disgustó a la Iglesia por considerarlo una burla a la historia de Dios.