PROTAGONISTAS
sale solo para hacerse dialisis

Jorge Lanata planea desde su casa la vuelta a la radio en febrero

Desde su oficina montada en su casa, el conductor de PPT se dedica a terminar su libro sobre la década kirchnerista.

Activo. El periodista está trabajando en su próximo libro, 10 K.
| Cristian Scotellaro

Estar tranquilo. Eso que tantos anhelan, en la mente del conductor de Periodismo Para Todos se convierte en un problema terrible. Eternamente alerta, ya era así en sus tiempos de director de Página 12 o del legendario Día D.

Así fue ayer, es hoy y será siempre: Jorge Lanata vive para su trabajo. Esa pasión por lo que hace, que bordea lo adictivo y le trajo costos altísimos a todo nivel, hizo trascender su figura de comunicador y lo convirtió en el periodista más odiado y amado del país.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Pero así es, entonces aunque el cuerpo le pase factura por un estilo de vida poco saludable, el descanso, no es para él una opción.

Por eso es que ahora, a días de una operación imprevista que terminó unas vacaciones familiares en Nueva York antes de lo planeado, el periodista pasa sus días recluido en su departamento de Avenida del Libertador. Desde la oficina que tiene montada en su casa, aprovecha el encierro obligado por el calor y los problemas de salud para dedicarle más tiempo, entre otros proyectos, a la escritura del postergado 10 K, su libro sobre la década kirchnerista.

Está trabajando y, entonces, está de mejor ánimo. Sale casi exclusivamente para hacerse diálisis, tres veces por semana. Así lo explica a PERFIL su amigo y productor Marcelo González, con quien habla tres veces por día. También mantiene conversaciones y reuniones de producción con su equipo para preparar su vuelta a la radio, que sería el 3 de febrero.

González, además, es un candidato posible para ser donante del riñón que Lanata necesita. El trasplante no es urgente pero sí necesario para dejar las diálisis de rutina, y evitar sustos como el que se llevó cuando, en el extranjero y en medio de las fiestas, su vesícula se gangrenó y tuvieron que operarlo. Si su amigo es compatible se sabrá en dos semanas, cuando estén los resultados de los análisis restantes.

Además del trabajo, el otro pilar que sostiene a Lanata es su mujer. “Sara (Stewart Brown) es clave en su vida. Sin ella no podría haber hecho muchas cosas. Ella lo banca y lo acompaña”, confirmó González a PERFIL. Llevan juntos 15 años y tienen una hija de 8, Lola, que ahora está de vacaciones junto a su hermana mayor, Bárbara, fruto del matrimonio del conductor con Andrea Rodríguez, quien ahora está a cargo de las chicas en Brasil.