En todo proceso eleccionario hay normas, y los actores las conocen. En el caso de la UBA, todos los actores conocían las reglas del juego y aceptaron participar en estas condiciones. Es muy difícil intentar debatir algo cuando el proceso cuestionado ya está en curso. Sería lo mismo que mañana en las elecciones provinciales y legislativas algunos de los actores renieguen sobre las reglas y quieran cambiar algo.
Los alumnos reclaman que las autoridades no hicieron lugar a sus pedidos en estos años de gestión que tienen, pero estos años de gestión no comenzaron en estos últimos cuatro días. Creo que verdaderamente no aporta a nada esta forma de lucha o reclamo. En cada elección hay conflicto, pero no modifican nada.
Si bien resulta difícil opinar desde otra institución, lo cierto es que la UBA no es la única universidad donde ocurren estos reclamos. En otras casas de altos estudios similares, en tradición y de gran dimensión de alumnado, como por ejemplo en la Universidad de La Plata, también ocurren reclamos de este estilo.
Los alumnos de nuestra universidad dan muestra de una creciente participación dentro de la institución, y eso nos entusiasma. Pero no hay que olvidar que los actores forman parte de una universidad que es financiada por el conjunto de la población y que tiene como finalidad contribuir al bienestar del conjunto de la sociedad.
La Universidad no les pertenece sólo a los estudiantes o a los directivos. Ningún estudiante ni docente tiene derechos absolutos sobre la Universidad.
Según dijeron los estudiantes en los medios, en la protesta participaron grupos de jóvenes ajenos a la UBA. Si fue así, esto no debería ocurrir. La solución obvia es el diálogo entre las partes, pero en los tiempos aptos
Director de la Licenciatura en Educación, Universidad Nacional de Lanús.