PROTAGONISTAS
tendencia global que avanza

Líderes políticos decretan el fin de la corbata

El uso de este accesorio parece reducido a actos protocolares. En Argentina y en el mundo, referentes sociales son aconsejados a vestir descontracturados no sólo en campaña. Marketing y elecciones.

Informales.En 2013, los líderes del G8 iniciaron la tendencia.
| Cedoc Perfil

Ni Mauricio Macri, ni Sergio Massa y ahora algunas veces tampoco Daniel Scioli la usa. La recomendación viene de sus respectivos equipos de trabajo, donde también la dejan de lado. Axel Kicillof, quien hace gala de su look rebelde y juvenil, también desiste y, Horacio Rodríguez Larreta, tiene a su mujer, quien también le aconseja cuándo sí y cuándo no.

Del otro lado del globo, otro político: el ministro de Economía de Grecia, Yanis Varoufakis y su presidente; también prefieren la camisa abierta y sin “ataduras”. Y si se le pregunta a Pepe Mujica, el ex presidente de Uruguay, para él es sólo un pedazo de tela colgado del cuello.

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Los consultores sostienen al unísono: el uso de la corbata los aleja de la gente. Es un hecho obvio: ese accesorio que es sinónimo de solemnidad, de elegancia y distinción, está en crisis.

La asesora en imagen, Claudia Servino,  sostiene que prescindir de la corbata, es un gesto muy recurrente entre los políticos. “Algunos lo pueden interpretar como un exceso de formalismo de los rituales burgueses. El no usarla, entienden que los acerca a la gente, por ende, a los votos. Es una tendencia mundial. En la última reunión del G8 ningún mandatario la usó. Sin corbata transmiten que están trabajando para nosotros y que no hablan desde un escritorio”, explica.

De eso se trata: de acercarse a las audiencias y votantes. “Quieren mostrarse cancheros, flexibles, que se adaptan a los nuevos tiempos y también que están en buen estado físico porque eso significa que se cuidan y pueden cuidarnos. Se trata de estabilidad emocional. Quieren demostrar que a los 50 están empezando y la forma de vestirse hace que la edad se diluya ”, dice Marcelo Sorzana, director de la consultora Surreal.

Moda. Y pensar que en una época, la gente se vestía de traje y corbata para ir a la cancha... Los tiempos cambian, basta mirar las vidrieras y detenerse en un canal de celebridades extranjeras, para notar que ni ellos ya no la usan. O, simplemente, caminar por la City porteña, para darse cuenta que el “uniforme” ya no va más con corbata, y que muchos hombres de negocios se animaron a este cambio. “Hoy para ir a una fiesta se usa jean con saco y camisa, pero sin corbata. La tendencia es descontracturarse. Yo me dedico a vestimenta de ceremonia y veo que no me piden tanto la corbata. Pero si el evento lo amerita, aconsejo que la lleven”, explica Tito Samelnik de Matices. En la misma línea, Mariano Giesso –titular de la tradicional firma– sostiene: “Se venden muchas menos corbatas en un determinado ámbito. A muchos empleados ya no se les requiere usarlas, pero en círculos de elite en el mundo sí, sobre todo en Oriente. Pero es cierto que ya no es vista como una obligación, hoy es una sensación de placer usarla. Por eso nosotros seguimos teniendo una gran colección de corbatas”.   

El diseñador José Valosen agrega que los trajes impecables son los protagonistas, pero sin corbata. “Mis clientes no la quieren. De hecho, antes los locales tenían toda una pared de corbateros y las mesas en las que se exhibían eran importantísimas. Hoy es un sector pequeño, y como máximo hay ocho modelos”. Geraldine Cunto, gerente de producto de La Martina, sostiene que siempre es bueno tener una selección de corbatas que complementen el look elegido. “Hoy más que nunca los accesorios definen, con lo cual invertir en unas pocas buenas corbatas es tan importante como lo sería una cartera o par de zapatos para una mujer”, dice Cunto.    

Quienes sí la siguen usando, optan formas menos clásicas. “Acá se usa para fiestas o eventos importantes. Pero ya no es la corbata ancha de antes; se usa el corbatín que responde a una línea más fina”, afirma Gustavo Arce dueño de Agustino. Por su parte, Lucila Sperber de Rochas París, apunta: “La tendencia sigue siendo: formal corbata, informal no. En el resto del mundo, la tendencia es corbatín para el moderno, y corbata de siete centímetros de ancho para el clásico. La corbata termina de contar el cuento de lo que el hombre tiene puesto, y le da un finish a la vestimenta”.