Hay una anécdota que padre e hijo recuerdan siempre. Es la de Rafael Ferro, disfrazado de payaso, haciendo reír a Toto y sus amigos. Pasaron los años y hoy, al actor de Estrellas, que tiene a su hijo comenzando una imprevista carrera actoral, lo único que le importa –perjura– es que él persiga sus sueños y sea feliz. “Me daba lo mismo que sea actor o no... ¿Si tuve que ver en algo con todo esto? No sé, tal vez, siempre fui muy payaso con él y sus hermanos, pero aun así siento que no tuve nada que ver...”, se sincera ante PERFIL Rafael, recordando aquellos años felices.
Lorenzo Ferro tiene 18 años y un parecido increíble con Carlos Robledo Puch, el tristemente célebre asesino argentino que está preso desde hace 44 años por matar a once personas. Fue convocado por Luis Ortega, el director de El ángel, el film con fecha de estreno para mediados del año que viene donde se retrata su historia. “Fue como irse de viaje sin irse de viaje”, define ante PERFIL Lorenzo cuando se le pregunta cómo fue la experiencia de interpretar a Puch de joven. Lorenzo, que tuvo que pasar por ocho pruebas antes de quedar, iba a estudiar una carrera industrial. Pero ahora, dice, se quedó enamorado del cine. “Poder actuar y hacer además de alguien que tenía tu edad y tu mismo color de pelo es muy loco”, dice. Y sí: Underground llegó a este joven por el increíble parecido físico con Puch. “Nos vieron a los dos juntos en una producción de fotos que hicimos de padre e hijo. Va a ser una peli enorme, !la película del año que viene! Es sorpresivo porque no estaba estudiando para ser actor”, cuenta Rafael.
Es imposible para este padre ocultar el orgullo que siente por su hijo. “Mis hijos son muy importantes. Tengo cuatro, Toto fue el primero. De alguna manera debe haber agarrado lo peor de mí como padre, lo tuve a los 33 años, todavía rockeaba un poco, estaba tal vez un poco confundido, con menos experiencia. Crecimos mucho juntos, yo me fui formando como padre con él, con cosas malas y buenas seguramente”, esgrime Rafael.
Este año fue todo nuevo para ambos ya que Lorenzo se fue a vivir con él. Fue unos meses antes de empezar a rodar la película. “En este tiempo me encontré preguntándole cosas, siento que tiene una experiencia superior. Yo tengo 51 y él, 18. Me gusta su forma de pensar y todas las decisiones que tomó con respecto a la película. Lo que más me gusta es que no se armó en base a mí, sino que lo hizo solo, es superindependiente y tiene su estilo”, reflexiona Rafael. Lorenzo contradice a su padre. “Le fui preguntando cosas del rodaje. El tiene más experiencia, me fue curtiendo. Mi papá hizo lo que tenía que hacer un padre. Desde siempre me dejó ser”, dice Lorenzo.
¿Hay algún momento en el que el joven sienta que haya descubierto sus ganas de actuar? Lorenzo piensa la respuesta y, simpático, concluye: “Supongo que desde el momento en que empecé a mentirles a mi papá y a mi mamá”.