El lunes 25, el heredero más famoso del imperio chocolatero, Ricardo Fort falleció en el sanatorio la Trinidad por una hemorragia digestiva masiva. Pero fuera e la herencia, su legado más preciado son sus hijos: los mellizos de nueve años Marta y Felipe que aguardan que un juez le dé curso a un escrito que dejó Fort con su deseo de que queden bajo la tutela de su ex pareja, Gustavo Martínez.
Gustavo es entrenador físico desde hace 35 años y vive de eso. Es, además, la persona con la que el mediático planificó su familia en 2004. Entonces, viajaron a Estados Unidos y Ricardo recurrió a una agencia especializada desde la cual eligió a la madre subrogante y a la que aportaría el óvulo. Nueve meses después, nacieron sus mellizos allí y por eso cuentan con doble nacionalidad. Entonces, para que no haya confusión, Gustavo prefirió que los chicos lo llamen “padrino”. En 2009, y en consonancia con su debut pública en Bailando por un sueño, Ricardo firmó un documento ante escribano público para asegurarse que, en caso de morir antes de que sus hijos se convirtieran en adultos, la tutela de los menores recayera en Gustavo. “Lo firmó porque sabía que no estaba bien de salud, se la veía venir”, dijo un allegado.Hasta el momento, tanto la madre del artista, Marta, como su hermano Eduardo, no se opusieron al escrito.
En ese caso, “sólo falta que un juez apruebe la decisión testamentaria para que Martínez sea formalmente el tutor de Marta y Felipe, a quienes venía criando”, explicó a PERFIL el abogado Eduardo Sande. No obstante, el letrado resaltó que “para el juez va a regir el interés de los menores por sobre la voluntad del padre. O sea que, si surgiera un dato de la realidad que indique que los chicos están en situación de riesgo, la tutela no será dada al señor. Pero si no surge nada y la familia de Ricardo está de acuerdo, le será dada y eso es un trámite que no debería tardar mucho”.
En el caso que la familia no esté de acuerdo, Sande detalló que “es probable que se haga un informe socioambiental y psicológico a Gustavo para determinar si es apto para cuidar a dos menores, qué tipo de vínculo tenían, etc., y luego tomar una decisión evaluando todo”. Hay que tener en cuenta que dar la tutela a alguien significa convertirlo en “el representante legal de los menores. Y, por ende, quien la detente tiene derecho a iniciar los trámites de sucesión de Ricardo y será quien administre los bienes y va a tener los derechos políticos del porcentaje de acciones del fallecido. Claro que va a tener que rendir cuentas al juez o al defensor de menores. También el juez puede dar la tutela a Gustavo, pero nombrar un tutor judicial para que n administre los bienes. Lo cierto es que siempre va a haber rendición de cuentas fiscalizada judicialmente”, detalló Sande