Desde Punta del Este
Contestaria y solidaria. Este verano, Candelaria Tinelli mostró un costado distinto al de otras temporadas. La hija del conductor participó de un evento solidario a través de uno de sus hobbies preferidos: el arte. Lo hizo con una obra de que pintó para donar a la Fundación Sagrada Familia. La joven se mostró contenta junto a su novio, Nacho Lecouna en un parador playero donde convocó a la prensa. “Me gusta ayudar a otras personas a través del arte”, contó a PERFIL.
Visiblemente contenta, Candelaria confesó estar muy cerca de su padre y de Guillermina Valdes ante la llegada de su nuevo hermanito. “Al comienzo no nos gustaba el nombre Lorenzo, era como medio raro, pero luego nos pareció lindo”, soltó entre risas.
Con un chaleco estilo militar arremangado, Candelaria dejó ver su nuevo tatuaje de mandalas, diseñado por el tatuador Nazareno Tubaro y deslizó que tal vez se haga el otro brazo con la novia de Hernán Coretta, el tatuador que le hizo la espalda a Tinelli. “En la cara sería el único lugar donde no me tatuaría. Ahora me agarró un raye y me quiero sacar uno”, confesó entre risas.
Se sabe del fanatismo de la hija del conductor por los animales y, principalmente, por los caballos. Asidua practicante de equitación, Candelaria manifestó su indignación a través de twitter tras conocerse la noticia de que el dueño de un haras disparó un tiro en la cabeza a un caballo, luego de que el animal lo derribara.
En diálogo con PERFIL, Candelaria explicó su enojo: “Me enteré por varios conocidos lo que había sucedido y elegí no quedarme callada. Aproveché que soy una persona pública para lograr la difusión de lo ocurrido”, contó ayer Candelaria a este diario.
Y agregó: “Siempre le doy mucha importancia al tema de los animales, trato de ayudar como sea. Amadrino tres caballos en ACMA. Me gusta poder difundir, y que la gente tome conciencia y ayude también”.
El jueves desde su cuenta de Facebook, la joven había escrito: “Quiero denunciar públicamente al Sr. Jorge Martínez, propietario de Las Heras Haras por un hecho más que lamentable. El título de señor le queda grande a este monstruo, capaz de dispararle a un animal tan noble como un caballo. Es un acto de cobardía que debe ser denunciado, repudiado y como sociedad no podemos permitir semejantes barbaries. Porque no solo es culpable el que gatilla sino también el que silencia. Porque somos todos denunciantes o culpables por complicidad. ¡Sí a la vida, no a la muerte!”