PROTAGONISTAS
la nuera de Ernestina noble

“Para todos soy el monje negro de la familia”

Vanesa es abogada y esposa de Felipe Noble, uno de los herederos del Grupo Clarín. Dice que a él le legaron responsabilidades y que se está preparando para asumirlas. Galería de fotos

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Vanesa Noble | Marcelo Aballay

Hace apenas un mes y una semana que falleció Ernestina de Noble. Son las cinco de la tarde de un día gris plomizo de lluvia incesante. Sabe que será inevitable no abordar el tema y por eso, no le esquivará. Aunque, aclara, dulce y firme a la vez, que su interés es poder promocionar el Horse Parade, una muestra de arte de la que es madrina y que cuenta con nueve artistas que intervendrán caballos que luego serán subastados para una causa benéfica en el Hipódromo de Palermo. “Somos la cara solidaria del Grupo Clarín”, dice Vanesa de Noble. Entonces, su amiga y organizadora del evento, Verónica Quintana, toma la palabra: “Hacen mucho a beneficio. Y ella es como un ángel de la guarda de él (Felipe Noble), lo cuida con toda su alma, le dio una familia y, a su vez, es temeraria, y puede atender a los medios perfectamente. Funcionan muy bien. Se mueven en bloque y siempre por solidaridad. Sino, preguntale cómo le dicen”. Interpelada, la protagonista responde: “Para todos soy el monje negro de la familia”. Vanesa es la esposa de Felipe Noble, el hijo de la fallecida Ernestina, dueña del mayor paquete accionario del Grupo Clarín. Y ella asume ese apodo con comodidad. “Por algo lo dirán”, lanza  refugiada en una taza de té en el bar Malloy’s para enseguida contar cómo surgió este madrinazgo del Horse Parade. “Con Verónica tenemos una larga amistad, y el año pasado Felipe participó interviniendo un caballo y este año me hizo la propuesta de amadrinar la expo y para mí es un honor”, relata entusiasmada mientras la tarde se hace cada vez más oscura y el diálogo va desgranándose poco a poco.

—¿El arte es una válvula de escape para Felipe?

—Sin duda la familia y el arte son una terapia que lo saca de sus obligaciones como miembro del Grupo Clarín y como “hijo de”. Aunque en estos momentos no está creando porque no tiene tiempo, sí va a museos, son su cable a tierra.

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—¿Va a las oficinas del Grupo Clarín?

—Solía ir tres veces por semana. Ingresa por la puerta por la que entran todos, come en el buffet con todos y saluda a todos. Y yo lo mismo. De hecho, cuando nos ven, muchos empleados nos acercan sus inquietudes para que intervengamos. Felipe tiene la humildad que le inculcó su mamá.

—¿Cómo transita la familia el fallecimiento de Ernestina?

—Son tiempos muy difíciles porque la presencia de mi querida suegra –así se dirigirá siempre a Ernestina– era muy fuerte y  su ausencia aún más. El ir a la casa y que no esté implica que a uno se le retuerza el corazón. Con ella compartíamos charlas y silencios. Ella daba cátedra con sus palabras, sus gestos, sus miradas. Y se tomaba su tiempo para preguntarte sobre tus asuntos. Parece que la puedo visualizar con sus manos sobre la mesa. Era muy cariñosa, se desvivía por sus hijos y nietos. La relación madre e hijo era de un amor muy puro. Y gracias a Dios se pudieron disfrutar.

—¿Cómo es la relación entre Felipe y Marcela?

—Siempre fueron bastante unidos. Quizás por cuestiones laborales no pudieron estar mucho tiempo juntos. Pero lo más importante es que cuando su madre empezó a no estar bien se unieron muchísimo más. Yo estoy muy contenta por eso y ellos también. Les hace muy bien a ellos y al entorno.

—¿Tienen noción de la herencia? El decía que heredaría “una pila de problemas”.

—La herencia es un tema privado de los hermanos. Y respecto a los “problemas” yo lo traduciría como una pila de responsabilidades que llegado el momento y en la medida en la que él tenga conocimiento de todo, empiece a manejar.

—¿Alguna vez él manifestó querer tomar las riendas del grupo?

—Felipe ingresó a la Fundación Noble hace cinco años, y hace mucho, pero no alardea ni comenta. Y respecto a las riendas, mi opinión como su esposa es que él tiene una gran capacidad y va a adquirir mucha más cundo termine la capacitación que le están dando para que pueda ocupar su lugar dentro del grupo, tal como fue la voluntad de mi suegra: que sus dos hijos sigan unidos y con el legado que les dejó junto con sus socios, que fueron hombres leales a ella y van a seguir siéndolo con sus hijos. Todo a su debido tiempo.

—¿Cuál es la relación que tienen con Héctor Magnetto?

—Felipe lo quiere como a un padre y confía ciegamente en él. Y por ende, yo también. Tenemos muy buena relación y estamos siempre en contacto. Su hija (N. de la R.: se refiere a Marcia Magnetto) de hecho es la madrina de Mora, nuestra hija mayor.

—¿Pensaron en hacer política partidaria?

—Nos gusta la política en su teoría pero en la práctica no se condice con lo que pensamos o haríamos.

—¿Les han ofrecido?

—A mí sí. De todos los partidos. Pero no.