PROTAGONISTAS
De actor a director

Sam Levinson debutó en cine dirigido por su padre pero el éxito le llegó con ‘Euphoria’

Cumplió 37 años y su serie tiene mucho de autobiográfica. Por el suceso de Euphoria habrá nueva temporada y Zendaya sigue como protagonista.

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Luz, cámara.... En rodaje de Euphoria, Sam Levinson junto a Angus Cloud, uno de los actores. | instagram

Podría decirse que es un integrante real de la familia hollywoodense. Sam Levinson es hijo de Dianna Rhodes, pintora, y de Barry Levinson, director de famosos programas de la televisión norteamericana, como fue el show de Carol Burnett, y luego fue guionista y finalmente director de cine. Dirigió a Tom Cruise y Dustin Hoffman en Rain Man; a Warren Beatty, Annette Bening y Harvey Keitel en Bugsy; a Robin Williams en Buenos días, Vietnam, o a Al Pacino en Un nuevo despertar, entre otros. Por eso, para Sam Levinson estar detrás de la cámara no es un espacio extraño, tampoco lo es estar delante de ella. De hecho, debutó junto con su hermano Jack y dirigido por su padre en Toys, film protagonizado por Robin Williams que no fue de los taquilleros. Dos películas más rodadas por su padre también lo tuvieron en el elenco, Bandits y What Just Happened. Y finalmente tuvo el protagónico en Stoic –ya sin la dirección de su padre– hasta que se dedicó él mismo a escribir guiones y dirigir cine. 

Debut exitoso. Pero es con Euphoria que a Sam Levinson le llega la consagración y un premio Emmy. Esta es su serie debut y, más allá de los gustos y críticas, sorprende porque dada la pacatería de la industria audiovisual norteamericana hay una inusual exhibición de la desnudez frontal masculina, que roza con el soft porno. Hace unos días, el fin de la segunda temporada representó para HBO Max –plataforma que la emite– el contenido más visto en América Latina en la historia de esa compañía, al nivel de los otros dos títulos exitosos del catálogo: Peacemaker y Harry Potter 20 aniversario: regreso a Hogwarts. Esto les aseguró a Sam Levinson y a su protagonista, Zendaya –quien ganó un Emmy como mejor actriz de serie dramática– una tercera temporada. 

Educado naturalmente en un ambiente donde la televisión y el cine coexistían, para Sam Levinson no son productos que se contraponen. Él considera que “todo tiene que ver con contar historias y cómo se elige filmarlas (…); me gusta la televisión porque te permite convivir con tus personajes por más tiempo y que los temas pueden tener un final abierto. Y si bien antes me gustaba más el cine, creo que la televisión se está convirtiendo en un medio más poderoso, emocionante e incluso cinematográfico”.

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Búsqueda y catarsis. Si bien Euphoria está inspirada en una serie israelí de 2012 que Levinson reubicó en Estados Unidos, el tema de la adicción a las drogas que tiene su protagonista –Rue, el papel que interpreta Zendaya– no le es ajeno al director. Este es un tema del que él mismo habló en algunas entrevistas. “Fui adicto a las drogas durante muchos años, y en Euphoria quería explorar esos temas de forma auténtica y sin reprimir nada de lo que sentí entonces. Quería mostrar el alivio que las drogas pueden darle a una persona que se enfrenta a problemas de ansiedad y depresión como los que yo tuve, y al mismo tiempo plasmar esa devastación que provoca en uno mismo y en tu familia”, explicó Levinson. “Quedé ‘limpio’ a los 19 años y hace 14 que sigo así. Pero no fue fácil, ni lo es todavía”. A pesar de esto y de las historias que se muestran en la serie, para él no es un producto estrictamente para adolescentes, “sino para gente más grande, de más de 18 años, personas que pueden verse reflejadas en los personajes. A su vez, creo que padres y madres también se pueden sentir identificados. O eso espero”. A medida que Levinson avanzó con la serie, buscó plasmar esa búsqueda de los adultos para conectarse con sus hijos. En esto se enfocó cuando hace poco él mismo fue padre. “Tengo un hijo pequeño y al observarlo me enfrento a algunas ansiedades y preocupaciones que yo mismo tenía cuando era más joven”, explica Levinson. “Como quiero tener la capacidad para poder comunicarme con mi hijo, empecé a explorar las dinámicas que tenemos los adultos con ellos y cómo superar esa brecha comunicativa, algo que es muy importante para mí en mi propia vida”.