“Yo nunca festejé un cumpleaños pero, como cumplía 50, mi mujer me habló de por qué no hacer algo... que 50 años no se cumplen siempre y, bueno, me convenció”, dijo ayer a PERFIL Diego Santilli. “No se mandaron invitaciones ni nada por el estilo. Fue todo por WhatsApp y a medida que fueron contestando se armó todo y, en tres semanas, termimanos con una lista de 165 invitados”. Y con todos ellos, el viernes por la noche, el vicejefe de Gobierno porteño tuvo su gran festejo, que incluyó el Feliz cumpleaños delante de una torta que fue una réplica de la cancha de River.
Entre los invitados estuvieron, por mencionar a algunos, Macri y Juliana Awada, Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal, Carolina Stanley, Federico Salvai, Bruno Screnci, Martín Cabrales, Benito Fernández, Javier Iturrioz, Cristian Tienda León, Andrés Ballotta, Santiago Braverman –odontólogo que Santilli comparte, entre otros, con Marcelo Tinelli–, Sebastián Bagó (hijo)y Roxana Zarecki. Hubo dos ausentes con aviso que el anfitrión hubiera querido tener entre los invitados: Fran Quintana y Carmen Polledo, quienes se anticiparon al receso por Semana Santa y ya se tomaron vacaciones.
Si bien el clima creado fue relajado, con una decoración sobria en la que los invitados se ubicaron en livings, por el número distó de ser llamada una “reunión íntima con algunos amigos y familiares”, como se comunicó en los días previos al festejo (ver información en sección Espía de la presente edición).
Como ayer también comentó a PERFIL el propio Santilli, “si confirma su presencia el Presidente, es muy difícil que el festejo sea íntimo y discreto”. Pero entre los invitados hubo quienes sí entendieron la consigna de mantener la discresión porque muchos de los consultados por PERFIL pasaron de excusarse a repetir comentarios que pueden reducirse a “estuvo todo muy divertido”.
Amigos generosos. “A mí el mejor regalo que pueden hacerme son vinos porque soy un fanático de los vinos, y en especial del malbec argentino”, comentó a este diario Santilli. Y al parecer, muchos de los invitados saben de eso porque, salvo algunas prendas de conocida etiqueta nacional, la mayoría ingresó al menos con dos botellas de regalo.
Pero, sin duda, quienes se ubicaron en el top del ranking de regalos fueron dos personas: una, Milagros Resta, la dueña del galpón donde se hizo la fiesta y donde, ya en 2014, Santilli y Maiorana festejaron su casamiento civil. Resta es amiga de Analía y, según explicó Santilli, les ofreció ese espacio palermitano para la fiesta.
La segunda fue Palito Ortega. La relación del cantante con los Santilli es de larga data: cuando el padre de Diego fue presidente de River Plate y no había plata para pagar los sueldos, Ortega –y también Juan Alberto Badía– eran de los que nunca fallaban para sumarse a la conducción y al show musical de las cenas a beneficio para recaudar fondos para el club. Después fue Diego uno de los que viajaron a Estados Unidos para convencer a Palito –ya habiendo sido gobernador de Tucumán– de ser presidente de la Argentina. En ese entonces, el grupo que buscaba lo integraban, además de él, Horacio Rodríguez Larreta, Mario Das Neves, Sergio Massa y, en un momento, también se había sumado Daniel Scioli. Esa “historia compartida”, explicó ayer a PERFIL Santilli, parece haber sido el motivo para que, cuando él lo invitó al cumpleaños, Palito le dijera que le regalaba el show con toda su banda, es decir, con Lalo Fransen, coristas y músicos. Lo que se dice un presente único, si se tiene en cuenta el cachet de Palito para actuar en festejos de este tipo. El clima, la gente hicieron que esa actuación fuera un broche de oro especial: Santilli y Analía cantando con Palito La felicidad y luego el cantante invitó también al escenario a Larreta y su mujer.