“Cuando me ven en la cancha, nadie se imagina que puedo ser modelo. Y cuando me ven modelar, nadie me cree que juego al fútbol”, cuenta Sasha Gigliani que a sus 25 años intenta equilibrar entre sus dos pasiones. Por un lado, es jugadora de fútbol en Vélez Sarsfield y busca llegar al plantel de primera. Por el otro, es modelo y una de las finalista del concurso Miss Mundo Argentina. “Siempre por una o por la otra cosa me dijeron algo y encontré barreras en ambas actividades. Si jugaba al fútbol, me decían 'machona' y si me ponìa una calza para hacer una promoción, ni te cuento lo que me decían”, explica Sasha a PERFIL y asegura que ambos “mundos” pueden coexistir.
-¿Cómo y cuándo empezaste a jugar al fútbol?
- Comencé a jugar al fútbol a los seis años. Tengo una familia muy grande. Somos seis hermanos, mamá, papá y abuelos. Mi abuelo de parte materna es técnico de fútbol y siempre me gustó. Mi papá es fanático también pero le gusta más mirarlo. El resto de mis hermanos la mayoría estudió Profesorado de Educación Física pero se dedicaron al rugby, al básquet, al voley y ninguno al fútbol. Solo yo. Les encanta mirarlo pero no sé si practicarlo y a mi sí. Siempre jugué con hombres hasta los 18 años y amo jugar al fútbol. Creo que es otra cancha de la vida donde me desenvuelvo, me descargo y aprendo.
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-¿Te costó llegar al profesionalismo?
- Me costó llegar a ser profesional porque hasta los 18 años jugué en Saladillo, donde nací, con hombres. Cuando vine a Buenos Aires empecé a probar pero un año estuve media parada porque trabajaba, estudiaba, hacía castings y en el medio probaba en clubes. Al no ser ser profesional, todavía me costaba y lo que más costaba es que el otro te tome como profesional. Hoy en día, ya lo tomo más profesional porque tenés la posibilidad de dedicarte solo a eso y no tenés que estar pensando en irte afuera. Podés vivirlo y hacerlo real en tu país. Eso costó mucho y todavía falta. Hoy en día por ejemplo no tenemos contrato porque tampoco AFA lo pone como obligatorio. Solo es para Primera A pero el resto de las categorías todavía no. Y Vélez arrancó en la Primera C, así que durante mucho tiempo todavía va a faltar eso y depende todo de nosotras.
- ¿Qué tipo de jugadora sos?
- Soy una nueve bastante rústica. Corro mucho, marco y busco las diagonales todo el tiempo. Ahora me encuentro probando en Vélez para formar parte del plantel de Primera, así que estoy luchando mi puesto. Soy muy disciplinada, entreno casi cuatro horas por día y como bien todos los días para poder llegar y cumplir mis metas.
- ¿Y paralelo a todo esto hiciste la carrera de modelo?
- La carrera como modelo también arrancó de chiquita y fue a la par del fútbol. A los 5 años fue elegida por mis compañeros del jardín como princesa para el Día de la Primavera que en Saladillo se hace siempre. Después a los 7 años estuve en una película que se llamó “Gema” y ahí arranqué. Miraba la tele, cantaba y me imaginaba ahí. A los 15 años empecé a venir a Buenos Aires porque una persona muy querida para mi me regaló el curso para ser modelo profesional y también aprovechaba para hacer casting. A los 18 me mudé definitivamente por temas de estudio y mientras tanto buscaba club para jugar y hacía castings.
-¿Fue más fácil en Buenos Aires?
- Acá lo bueno es que las puertas están un poco más abiertas y podès liberarte un poco más, porque la gente vive de manera distinta. En mi ciudad por una cosa o la otra me decían algo. Si jugaba al fútbol me decían que era una “machona” y que no estaba bien lo que estaba haciendo. Y después me decían que tampoco podías ser modelo a la par porque eso no se podía y que ser modelo estaba mal visto. Si hacía una promoción y me ponía una calza ni te cuento lo que me decían. Por suerte mi familia y amigos cercanos siempre me apoyaron pero tuve que luchar contra eso.
- ¿Cómo ves la lucha que se dio para profesionalizar el fútbol femenino?
- Lo que es fútbol profesional femenino se hizo un avance muy grande con Macarena Sánchez pero la realidad es que siguen faltando muchísimas herramientas. Como te dije, solo se firman contratos en Primera A y falta organización. De la nada a esto se hizo un avance grande, pero falta. Se está viendo el apoyo pero se necesita más tiempo y acompañamiento. En mi caso, la verdad es que desde la parte institucional Vélez se comporta muy bien con nosotras. Por ejemplo, AFA no pide que los técnicos, profesores y preparadores sean profesionales y puede entrenar cualquiera. Vélez nos puso profesionales recibidos y preparados. Además, nos brindan herramientas que son buenísimas. Ahora vamos a tener todo el polideportivo nuevo para entrenar dedicado a nosotras y a lo recreativo. Y también logró que la marca que hace las remeras del plantel profesional de hombres haga remeras para nosotras.
- ¿Cómo llegaste a Miss Mundo y qué objetivo tenés?
- Mi objetivo en el concurso, más allá de querer ganar, por un lado es representar a mi país afuera y ser un ícono representativo del fútbol femenino, del deporte y de una mujer fuerte y trabajadora. También quiero llevar nuestra cultura afuera y seguir demostrando que no nos quedamos en el tiempo y que seguimos siendo potencia. Y una de las mejores cosas que tenemos es el deporte. Nos destacamos en todos y eso se vio en los últimos Juegos Panamericanos. Mi proyecto tiene que ver con el fútbol femenino, pero también con el deporte en general. Quiero empujar mi deporte y que nos sigan viendo pero en especial para mostrar cómo el argentino se hace, arranca de cero y pelea para tener sus cosas. Creo que el deporte es la mejor manera de inculcar valores, enseñanzas y aceptación.
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- Por un lado buscas ser profesional del fútbol femenino y luchás por la igualdad de género en ese ámbito. Y por el otro participás de Miss Mundo que muchos consideran como un concurso retrógrado. ¿Te pasó de plantearte a vos misma esto o que alguien te cuestionara?
- Me lo han consultado pero siempre dije que no elegiría entre ninguna de las dos. Creo que está bien hacer las dos cosas porque como una mamá puede ser ama de casa también puede trabajar. O como un papá puede ser un trabajador y al mismo tiempo puede ser papá y mamá porque tiene que criar solo a su hijo o hija. Y con los jugadores y jugadoras de fútbol pasa lo mismo. Pueden ser solo eso o también ser médicos o lo que quieran al mismo tiempo. Muchas de mis compañeras son madres, trabajan y estudian al mismo tiempo y sin embargo se dedican de lleno al fútbol para ser profesionales. Creo que es una manera de demostrar que se puede hacer todo.
- ¿Y qué respondés cuando te plantean esto?
- Cuando me lo preguntaban siempre respondía que se estaban equivocando y creo que con este certamen lo voy a poder demostrar. No es necesario tener que elegir entre uno o el otro y se pueden hacer las dos. No por ser jugadora de fútbol dejo de ser femenina y no por ser tan femenina no puedo jugar al fùtbol. Hay que saber dividir y buscar un punto intermedio. Yo puedo elegir lo que quiero hacer y ser quien yo quiero. Creo que no hay problema en la elección que haga cualquier persona. Se prejuzga mucho sin preguntar antes y lo importante son los hechos y las acciones que uno hace.
- ¿Cómo sigue el certamen de ahora en adelante?
- La semana que viene voy a viralizar mi proyecto. Así que aprovecho para pedirle a todas las personas que ingresen a mis redes y me sigan así lo pueden ver. También si quieren pueden votarme hasta el 21 de septiembre y es un voto por día.
CP