Una aclaración se impone firme y desde el comienzo: “Yo no hablo como periodista, opino como ama de casa”. Si no fuera por la cantidad de fotos que dominan –prolijas y enmarcadas– la cocina de su hogar y donde aparecen personajes como Roberto Galán, Sandro, Luis Miguel y Marcelo Tinelli; si no fuera porque ella es la administradora de un prolijo archivo de revistas que se encuentra en un cuarto de este amplio pero modesto PH de Lanús; si no fuera por todo esto y, principalmente, sino fuera porque ella es la mujer de Luis Ventura, tal vez sería una ama de casa como las que cada mediodía ven Intrusos por América. Stella Ventura sabe que no lo es, pero es en ese lugar de “Doña Rosa” –su marido le recomendó esa figura a la hora de salir a mostrarse–, ella se siente cómoda.
Jueves por la tarde. Stella recibe a PERFIL entre mates y ladridos de uno de sus tres perros. Sobre una gran mesa de la cocina, ojea una de las revistas de la semana, que pronto se sumará al archivo familiar. “Yo soy la que le organiza el tema de las revistas”, cuenta. Hoy es feriado y, como tantos otros, su marido no está. Esta es una ausencia común pero lejos está de significar problema alguno. Ella está siempre ahí, a su lado, como “una asistente”, según se confiesa. “Estoy permanente, las 24 horas, los 365 días del año. Pero lo hago porque me gusta; si no, no lo haría”,
—¿Cuántas horas trabaja tu marido?
—(Piensa) Te podría decir cuántas no labura; unas cuatro o cinco (ríe), y es ¡cuando duerme! Y no sé si ahí todavía está pensando algo.
Stella ya se acostumbró a la vida de su marido, quien se levanta temprano a la mañana, toma el desayuno y se va al club Porvenir. Luego hace Intrusos y después se va a la oficina que tiene en Puerto Madero donde regentea exhibiciones de boxeo, promociones y fiestas de Paparazzi. Después pasa por la revista Ahora de Crónica, escribe para el diario uruguayo El País y los días de cierre, va a Paparazzi.
La noche de la entrevista, por ejemplo, Ventura no duerme en casa. “Tiene la fiesta de la revista en Córdoba. Mañana (por el viernes) llega y se va directo para Intrusos. Y a la noche vuelve a América porque participará del programa de Santiago del Moro”.
—¿Queda lugar para la familia?
—¡Siempre!, Cuando salga del canal ya quedamos en pasarlo a buscar para ir a comer los cuatro, con mis hijos. Los sábados y domingos cena y almuerza con ellos.
—¿No hay reproches de que no esté tanto?
—Estoy acostumbrada. Siempre digo que tal vez si estuviera tanto acá no lo soportaría. El amor que nos tenemos es la clave. Además no hay celos.
—Y eso que suele estar rodeado de mujeres jóvenes y bellas.
—Hay mucha confianza, eso es primordial. Yo apoyo la cabeza y duermo tranquila. Él me cela más a mí cuando salimos juntos y alguien me mira. Ahora, ojo, no lo ví nunca en nada.
—¿Y si lo ves?
—No pisa más esta casa.
—¿Perdonarías una infidelidad?
—Para nada. Los echo, cierro la puerta, cambio la cerradura y tiro todas sus cosas a la calle. Y me quedo con el archivo (risas).
—¿Sos de darle consejos cuando lo ves por televisión?
—Por ahí lo llamo en un corte, le apunto algo pero él no lo necesita.
—¿Y él es de consultarte?
—Cuando arma Secretos verdaderos me pregunta: “¿Vos a quien pondrías?”. También hablamos de chimentos pero eso queda entre estas cuatro paredes.
Madraza. Luis y Stella Ventura están juntos hace 27 años. Se conocieron en una cena cuando los presentó un amigo en común. Se casaron dos veces; la última en junio de 2011, cuando celebraron las bodas de plata. Tienen dos hijos: Facundo (26) y Nahuel (23).
Ella tuvo su primera incursión en los medios en 1983: durante un año fue secretaria de Roberto Galán. Luego hizo varias publicidades gráficas hasta que se casó y abandonó lo que pudo haber sido el comienzo de una carrera. Recién el año pasado, volvió al ruedo haciendo teatro en Mar del Plata, donde se animó a bailar, una actividad que sólo deja para hacer sobre tablas. “¡No estaría en Bailando por un sueño!, No me bancaría a un Pachano o a una Carmen Barbieri”, dice esta mujer que este año comenzó a ser columnista en el programa Infama. “Luis me dijo: ‘Ojo, no te metas acá’. Yo igual digo lo que pienso. Hay muchas personas a las que no les creo, son falsas”, afirma y pone como ejemplo a Nazarena Velez. “Tiene la lágrima muy fácil y no llora porque lo siente”.
—Tu marido se ha jactado de tener información que no publica para no destruir familias y vos ahora decís lo tuyo. ¿Se gana muchos enemigos la familia?
—Hemos tenido varias llamadas a casa y ya estoy acostumbrada. A mí lo que me molesta es que llamen y atiendan mis hijos. Hubo un caso en el que una persona llamaba y decía barbaridades de mi marido.
—¿Te referís a Silvia Süller?
—Sí, una persona que cuando estuvo mal se le dio cobijo en esta casa.
—En su momento ella dijo que estuvo con tu marido muchos años. ¿Te trajo problemas con Luis?
—Para nada, siempre creí en él. Además no es el tipo de mujer que le gustaría. Igual fue (Viviana) Canosa quien tiró el tema de Süller con mi marido; y (Gerardo) Sofovich puso la plata. Luis lo tiene confirmado.
—¿Y qué harías, supongamos, si a él se le aparece una Niña Loly?
—No sé si una Niña Loly lo bancará, es distinto. Hay que bancarlo a Venturita (risas).
—¿Cómo viste el rol de Loly durante la separación de Jorge Rial de Silvia D’Auro?
—Yo defiendo siempre a los chicos; acá hay dos nenas y la justicia le dio la tenencia a Jorge. Yo las he visto y están fenómenas. He estado con ellas comiendo un asado y la Niña Loly y me parece una gran anfitriona; esta atenta a que venga la servidumbre y es la que te sirve el vino en la mesa. Se parece más a mí, tiene esa cosa familiera.
—Supongamos que Luis te pidiera a que ocuparas su lugar en “Intrusos”...
—Jamás lo haría, creo que me quedaría grande.