En las últimas 48 horas, Simone Biles estuvo sonriente en dos fiestas mediáticas, la gala del Met y la entrega de los premios MTV. Ahora, la famosa gimnasta de 24 años, lloró al declarar ante un comité del Senado de Estados Unidos.
“Gané 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una sobreviviente de abuso sexual”, dijo Simone Biles. Esto fue en el marco una investigación donde deportistas mujeres de elite como ella sufrieron abuso sexual. El victimario es Larry Nassar, ex médico del equipo de gimnasia femenino de Estados Unidos. La declaración de Simone Biles, junto con las de las medallistas olímpicas McKayla Maroney, Aly Raisman y Maggie Nichols, se dieron en el marco de lo que en Estados Unidos llamaron el mayor escándalo deportivo del siglo. Y un comité del Senado norteamericano analiza si hubo un mal manejo del FBI en la investigación de estos abusos sexuales a las gimnastas olímpicas.
La justicia de EE.UU. presentó un informe que detalla los errores fundamentales cometidos por el FBI.
Simone Biles fue cinco veces campeona del mundo, y en los Juegos Olímpicos de Tokio que se dieron este año, sorprendió cuando decidió competir sólo en una de los cuatro desafíos deportivos. Ella adujo lesiones psicológicas. En esta investigación con Larry Nassar, Biles acusa a la Federación de Gimnasia de Estados Unidos (USAG), y al comité olímpico y paraolímpico de Estados Unidos de saber desde “mucho antes” que había sufrido abusos. Y que a pesar de eso, el FBI nunca la contactó.Ella culpa a Nassar de los abusos sexuales y también a “todo el sistema que lo permitió y perpetró”.
Simone Biles, McKayla Maroney, Aly Raisman y Maggie Nichols demandan que se procese a los agentes del FBI que participaron de esa investigación por no haber actuado ante las primeras denuncias de abusos por parte del ex médico Larry Nassar. Este reclamo ya lleva seis años y ellas se manifestaron “asqueadas” por todo esto.
“El agente (del FBI )que me entrevistó me quiso convencer de que no valía la pena abrir un caso criminal contra Nassar”, explicó Ali Raisman. Para ella, la inacción de las autoridades, fue como “servir a niñas inocentes a un pedófilo en bandeja de plata”. Durante catorce meses ella fue quien insistió en hablar con los investigadores del caso. Por su parte, McKayla Maroney, relató que los investigadores del FBI le dijeron: “¿Y eso es todo?” cuando ella les detalló que Nassar le había metido los dedos en sus genitales durante horas cuando tenía 13 años.
“Esta audiencia es una de nuestras últimas oportunidades de lograr justicia”, dijo Maggie Nichols. Ella fue quien primero a Nassar ante su entrenadora, en junio de 2015. Ella le hizo llegar la queja a los directivos de equipo olímpico de gimnasia pero, en lugar de advertir a las autoridades como exige la ley, abrieron una investigación interna y le prohibieron a los padres de Nichols recurrir al FBI. Su historia está explayada en Atleta A, un documental de Netflix.
Una de las gimnastas es la protagonista de "Atleta A", el documental de Netflix sobre los abusos en el equipo olímpico de EE.UU.
Christopher Wray –director del FBI desde 2017–, declaró también ante el comité del Senado de Estados Unidos. “No tengo una buena explicación” para dar respecto a la investigación de los abusos de Larry Nassar. En julio último, la justicia publicó un informe donde se consignaron “errores fundamentales” cometidos varios agentes del FBI: hubieron negligencias, violación de protocolos e incluso declaraciones falsas. Todo esto habilitó a que el ex médico pudiera continuar con sus abusos. “La acción y la inacción de los empleados del FBI que se detallan en el informe son totalmente inaceptables. Traicionaron el deber fundamental que tienen de proteger a las personas”, dijo Wray.
El ex médico Larry Nassar está acusado de unos setenta abusos de niñas y jóvenes. A ese número llegó el FBI desde que comenzó a investigarlo en 2015 hasta su arresto a fines de 2016. Pero, en veinte años, Nassar abusó de más de 300 deportistas de la Federación de Gimnasia y de la Universidad Estatal de Michigan. La condena que le aplicaron en 2018 es de 40 a 175 años de cárcel, y ya tenía otros 60 años que cumplía en prisión por delitos de pornografía infantil.