De aquellos dos primeros recitales que dio en Argentina junto a The Police en la discoteca New York City y en el estadio Obras Sanitarias en 1980 pasó mucho tiempo. A pesar de eso, hay una anécdota que marca el clima que se vivía en esa época cuando a la dictadura militar aún le quedaban un par de años para terminar. La noche del show en Obras, Andy Summers –el guitarrista del mítico trío–casi termina preso porque desde el escenario le dio una patada a uno de los policías porque se hartó de ver que éstos estaban todo el tiempo pidiendo a la gente que no se levantara de su asiento. Y ese uniformado justo estaba, desde lo que Summers vio del escenario, demasiado agresivo con una de las fans. Ya separado del trío, Sting fue uno de los músicos que en River Plate dio el mítico recital de la gira que organizó Amnesty International en 1988. Allí, ante 75 mil personas, Sting hizo subir a Madres y Abuelas de Plaza Mayo para cantarles Ellas bailan solas, tema inspirado en ellas y las madres de los desaparecidos de la dictadura chilena.
Le seguirían otros recitales, incluso en una reunión que The Police en 2007. Como en casi todas esas oportunidades, la cuestión de los derechos humanos siempre estuvo presente en las presentaciones de Sting, arriba o abajo del escenario. Y esta vez no fue la excepción. El jueves 4, día en que en el Hipódromo de Palermo presentó del disco 57th & 9th, el cantante se reunió con las Abuelas de Plaza de Mayo, la agrupación H.I.J.O.S. y otros organismos de derechos humanos, y expresó nuevamente su respaldo a la lucha. Este “reencuentro” tuvo como consigna “Como ayer, como hoy, junto a Abuelas y Sting decimos No a la impunidad” y coincidió, lamentablemente, 24 horas después de que se hiciera público el fallo de la Corte Suprema de Justicia que otorgó el beneficio del 2x1 a los represores juzgados por delitos de lesa humanidad.
Ya en el Hipódromo propiamente dicho, el cantante dio espacio para que durante el ingreso los integrantes de la oficina local de Amnistía Internacional hicieran campaña sobre cuestiones de derechos humanos universales.
Alumnos de baile. El viernes, antes de cerrar su paso por Buenos Aires, Sting y su mujer, Trudie Styler, tomaron clases de tango con Diego Butiler, Laura Soldo y Lucas Di Giorgio en el Faena Hotel, donde están alojados. Ambos lo hicieron con vestimenta acorde, él de traje y zapatos de tango, ella de sobrio vestido negro. Esa noche, la comitiva del Encuentro Empresario Padres e Hijos del que participaron las familias más ricas de Latinoamérica realizó en el hotel la cena de clausura del cónclave. La misma tuvo como espectáculo destacado el show Rojo Tango, del que participan, entre otros, los profesores que le habían dado clase a Sting y su mujer. Enterado de esto, el cantante ingresó para ver el show y terminó sentado en la mesa principal junto a, entre otros, Carlos Slim, Gustavo Cisneros y Bettina y Alejandro Bulgheroni, una de las familias locales organizadoras del conclave.