Desde que Elon Musk pasó por varios estadios emocionales hasta convertirse en el hombre más rico del mundo, la mirada mediática se amplió al resto de su familia. Al principio, sobre Maye, su madre de 73 años que con su pasado de modelo y su estilo logró tener cierta centralidad en algunas alfombras rojas internacionales. Más discreto, aunque con un Instagram bastante profuso, está Kimbal, el hermano del medio de Elon. Pero es ahora Tosca, la menor de los tres Musk, quien tomó un perfil más abierto para la presentación de Gabriel Rapture (Parte Uno), el inicio de una saga romántica que ella dirigió. Hace menos de cuatro años, Tosca lanzó Passionflix, su propia plataforma de streaming. La transparencia de su nombre se traduce en el contenido que ofrece: todas producciones románticas donde siempre hay un final feliz, con escenas de sexo livianas que hacen de Cincuenta sombras de Grey una película porno. Los títulos podrían encuadrarse en versiones fílmicas estilo Danielle Steel o Corín Tellado.
Negocio pensado. La elección de producir solo ese tipo de películas tiene su explicación. Tosca Musk lo resumió en una reciente entrevista a la revista Wired: “A las mujeres les interesa más que las manos de dos personas se toquen que ver genitales (…) Es más importante demostrar que podemos tener placer durante el sexo que la desnudez por la desnudez misma”. Eso no implica que no haya cuerpos desnudos pero, en líneas generales, en las películas de Musk se exhiben no más que senos y colas. A su vez, empresaria al fin, ella explica que los libros románticos son el género más vendido en Estados Unidos. Atenta a ese fenómeno, Tosca generó un diálogo con sus fans a punto tal que estructuró un mecanismo donde ellos hasta participan de extras durante las filmaciones, algunos tienen acceso a espacios de opinión sobre los guiones y hasta el elenco. También el esquema de producción tiene ciertos parámetros preestablecidos: las películas no deben costar por encima de los 10 millones de dólares, las locaciones son acotadas, los decorados “dignos”, lo mismo que el vestuario y el rodaje apenas puede extenderse de las dos semanas. Y, al menos por ahora, en el elenco no hay figuras, lo que, lógicamente, atentaría contra el presupuesto. Musk es consciente de que por más que la plataforma incluye en su nombre el término “flix” no compite con Netflix ni con otras empresas similares.
Decisiones. Fuera de este esquema de negocio, también hubo medios que aplicaron un diagnóstico psicoanalítico a la elección de Tosca Musk de dirigir y producir exclusivamente títulos románticos. Y la base para ese pseudoanálisis sin diván fue el libro que escribió su madre, Maye, en 2019, donde relata las situaciones de violencia emocional y física que recibió de Errol Musk, su marido y padre de Elon, Kimbal y Tosca. Ya separada incluso, Maye se sentaba a ver con su hija películas románticas para “soñar” con otras historias posibles. Sobre esto, Tosca no ubica su preferencia por ese género a los hechos maritales contados por su madre ni al compartir esos momentos delante de la televisión. Sí destaca que, en una Johannesburgo (Sudáfrica) machista donde ellos crecieron, Maye le imprimió la seguridad necesaria para aprehender, dijo Tosca, que “mi potencial no era menor que el de mis hermanos por el hecho de ser mujer”. A juzgar por los hechos públicos, eso resultó. Tosca tiene una vida independiente de la de su hermano más famoso, e incluso optó por la vía de la subrogación –prescindiendo de pareja alguna– para ser madre, tiene mellizos; Isabeau y Grayson.