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Columna

Desnaturalizar la realidad

Alguna vez deberíamos mirar las imágenes de lo que pasa cada día como si viviéramos muy lejos de acá, ¿Qué pensaríamos en ese caso? "¡Pobre país, qué mal viven!", "¿Cómo es posible que con los recursos que tienen hayan llegado a esto?", "¿Por qué no reaccionan?".

Acá la cosa es así. La palabra de moda es naturalizar, naturalizamos las cosas que pasan. Es decir, poco a poco nos resignamos a que todo es así, es lo que hay. Te van ganando por cansancio o por temor. Si te roban, decimos "menos mal que no te mataron"; Si te cortan la luz, "y... es verano"; si te cortan el gas," y... es invierno"; si ajustan a los jubilados, "y... nadie los defiende". Respondemos a la realidad con una frase patética: "Acá es así, ¿viste?". Todo se nos hace costumbre como si nada nunca pudiera cambiar. Te maltratan, te mienten en la cara, no se hacen cargo de nada, le echan la culpa a otro porque "acá es así, ¿viste?

Los barras venden droga, cobran peaje a los vendedores ambulantes, manejan a los trapitos, revenden entradas, aprietan a los dirigentes, administran cuevas financieras, lavan guita de empresarios y políticos, se ofrecen a los sindicatos y a los intendentes como fuerza de choque para apretar opositores y críticos. La justicia, los políticos, todos saben qué hacen y quiénes son pero "acá es así, ¿viste?".  Asaltan la Casa de Gobierno, el presidente se saca selfies y les habla por un megáfono. Al final termina refugiado en su despacho y asegura que no pudo prever lo que pasaría.

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La vicepresidenta sólo se ocupa de meter mano en la Justicia para que no la juzguen. Hasta ahora no había dado nunca ninguna señal de consuelo a los miles de muertos por la pandemia o los de la tragedia de Once o los de las inundaciones o en otras situaciones dramáticas como la tragedia de Cromañón. Pero esta vez quería la foto. Terminó refugiada en una oficina porque "acá es así, ¿viste?".

No hay clases porque los barras de los sindicatos no quieren pero, al mismo tiempo, abren los casinos. Un millón y medio de alumnos abandonarán la escuela según las proyecciones más optimistas. La mitad de la población está bajo la línea de pobreza pero los barras en el poder inventan nuevos impuestos y aumentan los 166 que ya se pagaban para seguir cobrando y gastando fortunas en servicios inútiles o de baja calidad porque "acá es así, ¿viste?".

Alguna vez, si fuera posible, deberíamos mirar las imágenes de lo que pasa cada día como si viviéramos muy lejos de acá. ¿Qué pensaríamos en ese caso? "¡Pobre país, qué mal viven!", "¿Cómo es posible que con los recursos que tienen hayan llegado a esto?", "¿Por qué no reaccionan?". No faltaría entonces una voz interior muy argenta que naturalizara la situación y nos dijera: "Es que acá las cosas son así, ¿viste?".