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Opinión

El ajedrez trágico de Cristina

Para la vicepresidenta sólo se puede ganar porque la partida es a todo o nada. Esto conduce a choques violentos entre los participantes. Debemos preguntarnos si esta herramienta es la que necesitan los argentinos para superar momentos tan difíciles.

Hoy se cumple el primer aniversario del gobierno de Alberto Fernández. Este aniversario coincide con una nueva carta de Cristina Kirchner donde ella reivindica su acción en el Senado y luego es muy agresiva con la Corte Suprema de Justicia y con el Poder Judicial considerándolo parte de una conspiración. Tampoco es muy amigable con el presidente Fernández al que no menciona.

El ajedrez se ha comparado muchas veces con la política. Quisiera hablar sobre la particular concepción que tiene Cristina Kirchner de este juego. El ajedrez normal tiene cuatro supuestos: uno es que juegan dos jugadores que hacen movimientos alternativos y consecutivos dentro de un tablero. En segundo lugar ambos jugadores son jugadores legítimos. En tercer lugar tienen derecho a desarrollar las mejores estrategias que consideren para ganar el partido. Pero en un cuarto lugar, en el ajedrez, además de ganar también se puede empatar o perder. 

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En el ajedrez de Cristina Kirchner las cosas suceden de manera diferente. En primer lugar hay un solo jugador legítimo habilitado para participar y que tiene derecho a hacer la jugada. En segundo lugar, si el otro jugador mueve las piezas lo hace para descalificar al jugador verdadero, el jugador legítimo. En tercer lugar, planteadas las cosas así, en el ajedrez de Cristina no se puede empatar y no se puede perder. Sólo se puede ganar porque la partida es a todo o nada. 

Podríamos decir que este ajedrez es un ajedrez trágico porque conduce inevitablemente a choques violentos entre los participantes. Aunque sea simbólicamente alguno de ellos tiene que morir. Así como decía Rudolf Steiner, todo se convierte en inexorable y absurdo.

Ha transcurrido un año de gobierno donde uno de los principales miembros del gobierno, en este caso la vicepresidenta, tiene este estilo de concebir y llevar adelante la política. Lo que aguarda es un 2021 muy complejo. Debemos preguntarnos si esta herramienta es la que necesitan los argentinos para superar momentos tan difíciles.