Golpe de calor: causas, síntomas y prevención ante una semana con temperaturas extremas
La Ciudad de Buenos Aires y una decena de provincias se encuentran afectadas por una ola de calor con temperaturas muy altas. Ante eso, el peligro de sufrir un golpe de calor es alto. Las recomendaciones de un especialista.
Golpe de calor |
Agencia Shutterstock
Javier Marino*
El golpe de calor es la forma más grave dentro de las enfermedad inducidas por el calor. Se presenta en personas expuestas a altas temperaturas durante períodos prolongados y provocando una alteración en la regulación de la temperatura corporal con consecuencias graves para la salud si no se actúa a tiempo para revertir dicha situación. Su incidencia aumenta a lo largo del tiempo debido a la frecuencia cada vez mayor de olas de calor a consecuencia del cambio climático.
¿Qué sucede en el organismo?
El golpe de calor provoca una alteración en el sistema regulador de la temperatura corporal. Se genera un aumento exagerado de la temperatura en el organismo, que puede superar los 40 grados, desencadenando una serie de alteraciones en órganos vitales que puede provocar daños irreversibles y llevar a la muerte del individuo.
Podríamos simplificar diciendo que el exceso de temperatura en el cuerpo desencadena una reacción inflamatoria generalizada con afectación , en primera instancia, sobre el sistema nervioso central que luego se extiendo hacia los distintos órganos.
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La aparición del golpe de calor se asocia a tres factores ambientales: altas temperatura, humedad y ausencia de viento.
El riesgo de golpe de calor es mayor bajo las altas temperaturas.
Cuanto mayor sea la asociación entre estos factores mayor será la posibilidad de que se produzca una ola de calor. Por lo general se observa con temperaturas superiores a 32 grados, aunque dependiendo distintas circunstancias se ha observado con temperaturas menores por ejemplo en individuos expuestos a entrenamientos o trabajos intensos.
Este cuadro puede presentarse tanto en individuos sanos como en poblaciones vulnerables. En personas sanas, , se puede presentar en su forma activa, caracterizada por ejercicios de entrenamiento intensos, períodos de instrucción militares, largas peregrinaciones, o trabajos de características exigentes bajo las condiciones ambientales mencionadas.
Una población especialmente expuesta y vulnerable es aquella donde los mecanismos de regulación de la temperatura corporal pueden estar alterados. En ellos se puede presentar sin necesidad de actividad física, es la forma pasiva del golpe de calor. Dentro de esta población se encuentran niños, embarazadas, adultos mayores, individuos con enfermedades neurológicas, cardiovasculares y renales entre otras. En estos individuos se debe tener especial atención y extremar medidas de prevención dada su mayor predisposición sufrir las consecuencias de un golpe de calor.
Especial atención se deberá tener con algunos medicamentos, que en este contexto, puedan interferir en los mecanismos naturales para la regulación de la temperatura. Es el caso de pacientes que utilizan diuréticos o drogas antihipertensivas las que pueden modificar la pérdida de líquidos y el control de temperatura y por consiguiente acelerar el proceso de descompensación provocado por las elevadas temperaturas.
Será de suma importancia en estos casos la consulta con el médico tratante para que evalúe si debe modificar o no las dosis de dichos medicamentos ante la presencia de una ola de calor.
Cuáles son los síntomas
La temperatura corporal elevada en una de las características principales de esta entidad y puede superar los 40 grados. La afectación del sistema nervioso central es uno de los primeros órganos afectados y puede manifestarse por síntomas como: cefalea, mareos, confusión, comportamiento irracional, convulsiones hasta llegar a la pérdida de conocimiento.
El especialista recomienda no exponerse al sol.
Dentro de otros síntomas de alarma, los que suelen ser de instalación progresiva, se destacan:
Sudoración excesiva
Piel pálida y seca
Sed intensa
Calambres musculares
Agotamiento, debilidad extrema
Síntomas digestivos como náuseas y vómitos,
Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria
Medidas de prevención y tratamiento
Indudablemente el mejor tratamiento para esta y otras enfermedades es la prevención. Entre las medidas más recomendadas figuran:
Evitar la exposición durante períodos prolongados a temperaturas elevadas entre las 10 y las 16 hs en especial bebes, adultos mayores y poblaciones vulnerables con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas, psiquiátricas , renales y diabetes entre otras
Utilizar ropa clara, que atrae en menor medida el calor, holgada y cubrir la cabeza con gorras o sombreros
Beber abundantes líquidos, superando la ingesta habitual, y adaptándola al tipo de actividad que se realiza, evitando bebidas azucaradas, café y alcohol
Consumir abundantes frutas y verduras y evitar comidas ricas en grasa y de digestión lenta
En cuanto al tratamiento del golpe de calor y hasta que concurra la emergencia médica, el factor más importante a controlar es el descenso de la temperatura corporal, por lo que minimizar la duración y la magnitud de la misma va a contribuir a la evolución del paciente. No deben utilizarse drogas antipiréticas dado que puede agravar el cuadro de base.
La inmersión en agua fría, en particular para el golpe de calor inducido por el ejercicio, es muy eficaz para disminuir las complicaciones de este cuadro, aunque esta medida no es siempre aplicable en pacientes inestables. En pacientes vulnerables y con comorbilidades, con golpe de calor pasivo o clásico, son medidas complementarias colocar paños con agua fría en axilas, cuello e ingles y mejorar la ventilación del ambiente
