La psoriasis es una enfermedad cutánea que causa manchas rojizas y e irritación de la piel. Se puede manifestar en todo el cuerpo o solo en pequeñas áreas, especialmente zonas de roce, como codos o rodillas. No obstante, en los cuadros de psoriasis invertida suele aparecer en pliegues tales como genitales, el cuero cabelludo o las plantas de los pies.
Es una enfermedad con la que no peligra la vida pero que es antiestética, por lo que puede derivar en aislamiento social. A veces, también es invalidante, sobre todo cuando se presenta en las palmas de las manos o las plantas de los pies porque el roce con los objetos provoca dolor.
No se conoce la causa de esta enfermedad dermatológica, aunque sí se ha podido establecer que se puede tener predisposición genética o provocada por alguna infección bacteriana o viral. En este último caso, al desaparecer la afección principal también lo hace la psoriasis. No obstante, el estado emocional de la persona también es determinante, dado que suele aparecer en períodos de estrés o angustia.
En Argentina 800 mil personas tienen psoriasis
Las células cutáneas crecen en lo profundo de la piel y suben hasta la superficie en un período de un mes, aproximadamente. Cuando una persona tiene psoriasis, este proceso sucede en cuestión de tres o cuatro días por lo que se acumulan una gran cantidad de células muertas en la superficie de la piel y suscita la aparición de escamas o placas.
No es contagiosa por lo que no se transmite a otras personas. Por el aspecto que presenta en la piel desde tiempos antiguos se la confundió con la lepra. En ese marco, cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Psoriasis una jornada dedicada especialmente a las personas con esta afección que tiene una incidencia del 2 por ciento de la población. En el mundo se estima que alrededor de 125 millones de personas la padecen, mientras que en nuestro país son más de 800 mil.
¿Cuáles son los principales síntomas de la psoriasis?
Esta enfermedad tiene dos picos de incidencia: en edades jóvenes-medianas y en la tercera edad. Sus principales síntomas son:
- Grietas o placas en la piel.
- Sequedad.
- Descamación.
- Enrojecimiento.
- Picazón.
- Dolor.
En algunos casos puede causar:
- Pústulas.
- Cambios en las uñas.
- Caspa abundante en el cuero cabelludo.
“Rascarse está contraindicado porque permuta la lesión, cuando uno más se rasca más heridas genera, por lo que es un círculo vicioso. Además, puede causar dolor porque la piel necesita elasticidad y esta afección te la seca. Por eso, cuesta mover las manos lo que la hace invalidante en el ámbito laboral”, indicó a PERFIL la dermatóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (MN: 60438), Irene Bermejo.
La especialista precisó que a veces la psoriasis se asocia con alteraciones en las articulaciones. La artrosis siempre es bilateral y simétrica lo que significa que afecta a ambos lados, ya sean manos, codos, piernas, etc., siempre en el lateral. La psoriasis, en cambio, es monoarticular, se presenta en una sola zona.
¿Cómo se puede tratar la psoriasis?
El tratamiento de esta enfermedad consiste en controlar los síntomas y prevenir una infección. Como no se conoce la causa tampoco se puede elaborar una cura.
Hay tres opciones de tratamiento disponibles:
- Tratamiento tópico: es el menos invasivo que consiste en el uso de lociones, ungüentos, cremas y champús para la piel destinados a aliviar los síntomas de la enfermedad. Se suele recomendar en pacientes jóvenes porque una medicación más fuerte sostenida en el tiempo puede tener consecuencias a largo plazo.
“Es un tratamiento conservador que se suele recetar en cuadros simples que permitan limpiar la piel del paciente sin comprometer el hígado a futuro. Sirven para que desinfectar la escama y que bajen el colorado que sería la inflamación”, afirmó Bermejo.
- Fototerapia: se basa exponer la piel de forma cuidadosa a luz ultravioleta para tratar la psoriasis. Se puede administrar como luz ultravioleta A (UVA) o luz ultravioleta B (UVB).
- Tratamiento oral o biológico: se basa en la ingesta de medicamentos o inyecciones que afectan la respuesta inmunitaria del cuerpo, no simplemente la piel.
“El tratamiento biológico es lo último en psoriasis y que se reserva para casos más complejos, de mayor extensión o a quienes no responden a los tratamientos habituales. Requiere controles permanentes y dan una mejora calidad de vida mientras se siga con la medicación”, afirmó la especialista en dermatología.
Al tratarse de una enfermedad producida, entre otros factores, por el estrés, a algunas personas les ayuda la terapia o la homeopatía, según remarcó la experta. “El componente emocional tiene mucho que ver en este tipo de casos, los médicos desestiman esto pero tienen que tener una mirada integrativa. Es un paciente con emociones, con problemas, con cosas a resolver y que desemboca en una psoriasis como podría desembocar en otra afección”, apuntó.