El trabajo, reproducido por el sitio En Plenitud, fue realizado durante doce meses con parejas heterosexuales entre 21 y 31 años a quienes se le medían los ritmos de sueño con sensores puestos en sus muñecas.
Según el estudio, el 65% de las mujeres sufría trastornos nocturnos mientras que sólo el 20% de los hombres tuvo algún problema de descanso.
Un especialista explicó que el principal contratiempo es que " las mujeres son mucho más sensibles que los hombres a los movimientos de su pareja".
"El sistema de alerta está activado en la mujer de manera innata", señaló "y está más pendiente a lo que pasa durante la noche. Por eso le cuesta entregarse al sueño profundo. Ni hablar si es una mujer con hijos que puede estar toda la noche pendiente mientras su marido descansa plácidamente".
"Las mujeres que más sufren durante las noches son las madres mientras que las solteras sin hijos que trabajan duermen habitualmente menos de seis horas”, agregó.