Catalina tiene 18 años y hace más de un año que va a la cama solar. La razón, le dijo a PERFIL, es simple: quiere “verse bien, estar a la moda y tener buen colorcito para poder combinar mejor la ropa”. Y cuenta que sus amigas hacen lo mismo. “Sabemos que nos hace mal, pero la verdad es que no nos importa”, aclara sin pudor, luego de confesar que visitó al menos cinco veces una cama solar en lo que va del año.
Su caso y el de otros jóvenes que no superan los 25 años preocupan a los dermatólogos. Ocurre que cada vez más chicos y adolescentes se acercan a estos centros “express” de bronceado sin tener en cuenta las consecuencias para la salud. “Hay un aumento de los casos de cáncer de piel en adolescentes y la cama solar es uno de los factores que potencian ese incremento”, advirtió Rodolfo Milicich, jefe del área de Fototerapia del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano.
A tal punto llegó la preocupación que hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado instando a los menores de 18 años a mantenerse alejados de las camas solares. Según el organismo, en el mundo se producen unas 66 mil muertes anuales causadas por el melanoma, el más letal de los cánceres de piel.
La Argentina no es ajena a esta tendencia: los dermatólogos locales coincidieron en que desde los 90 cada vez reciben más pacientes de menos de 25 años con serias afecciones de la piel. Y, como informó PERFIL en su edición del 8 de octubre, el melanoma es uno de los tres tipos de cáncer que más aumentó entre los jóvenes.
Sin control. En Francia y en algunos estados norteamericanos, las camas solares están prohibidas para menores de 18 años. Igual que en la Ciudad de Buenos Aires, aunque aquí todavía pueden tomar sol artificial sin ninguna restricción porque la ley entraría en vigencia recién a fin de año (ver recuadro). Y según un relevamiento realizado por PERFIL, todavía nadie la toma en cuenta. “Tengo una hermanita de 12 años que quiere tomar sol, ¿la puedo traer?”, preguntó el cronista en un local de Belgrano. “Claro, no hay problema. De última, primero le damos una lámpara suave y después la pasamos a una de mayor intensidad o le ponemos una crema para que se ‘tueste’ más rápido”, respondió la promotora.
Milicich explicó que los menores de 15 años ni siquiera deberían acercarse a las camas solares porque su piel aún no está preparada para recibir rayos ultravioletas.
“La piel tiene memoria: cuanto antes se expongan a los rayos, menos tiempo de exposición les queda para el resto de su vida”, destacó Marcela Colasante, de la Sociedad Argentina de Dermatología, quien aclaró que “lo peor es que las camas concentran mucho más las radiaciones ultravioletas que el sol. Se sabe que con sólo cinco exposiciones a lo largo de la vida, aumenta entre un 10% y un 15% el riesgo de padecer cáncer de piel.”
Cambio cultural. “Hoy se puso de moda que estar bronceados es sinónimo de ser exitoso”, subrayó Colasante. Y señaló que cada vez recibe más casos de jóvenes que le confían que si están más bronceados les va mejor con las chicas. “También están los que tratan de imitar los hábitos de los grandes”, agregó. El mundo del espectáculo es un excelente ejemplo: figuras como Luciana Salazar y Silvina Luna nunca aparecen en cámara sin tener la piel morena.
Quizás el resplandor del sol que no ven esté cegando a los más jóvenes que, como repite la dermatóloga Rossi Flom, “no logran tomar conciencia de que un bronceado temporario nunca puede ser más importante que un posible daño permanente”.
¿Porteños protegidos?
Desde fines de junio, el uso de camas solares por menores de edad está prohibido por ley en la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien el proyecto, impulsado por la diputada Mirta Onega (Columna Social), ya fue aprobado, aún resta su reglamentación por parte del Poder Ejecutivo para que empiece a regir su obligatoriedad. Este proceso finalizaría antes de que termine diciembre, según fuentes de la Legislatura porteña.
La norma obligará también a que en los establecimientos donde se ofrezcan servicios de bronceado a través de lámparas de rayos ultravioletas, se exhiba un cartel que advierta sobre la prohibición de atender a menores. Onega presentó, además, un proyecto de resolución para que el Gobierno informe sobre la cantidad de locales existentes y si cumplen con las exigencias de la ley.
En la provincia de Santa Fe, la legisladora Mónica Tomei (UCR) presentó una iniciativa similar a la porteña, que ya cuenta con media sanción de Diputados. Ahora falta el aval del Senado.