Organizaciones internacionales detectaron la presencia en Argentina de ofertas de turismo sexual infantil para turistas, sobre todo europeos o norteamericanos. Se trata del impacto local de un flagelo que, nacido en países asiáticos como Tailandia, en los últimos 15 años ha comenzado a extenderse al resto del mundo.
Según Unicef, cada año son prostituidos un millón de niños. Y la explotación sexual de menores representa ya el 22% del negocio mundial de la trata de personas, la tercera actividad criminal del mundo que, de acuerdo a cifras de Naciones Unidas, mueve 22.800 millones de dólares al año.
"Hay turismo sexual infantil en la Argentina". La rotunda afirmación corresponde a Fernando Mao, coordinador para el Mercosur de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT), que combate la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.
Se trata de la llegada a nuestro país de la oferta sexual de menores, uno de los aspectos más miserables de la trata de personas, el tercer negocio criminal del mundo, con un volumen de negocios anual de 22.800 millones de dólares, según estimaciones de la ONU.
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