En Argentina, más del 90% de los adultos que fuman comenzó a hacerlo en la adolescencia. Pero ¿qué los estimula a fumar en la juventud? ¿Hay una relación directa entre el cine, el tabaco y los adolescentes?
Estas preguntas son las que iniciaron el trabajo de la socióloga, investigadora en salud y miembro del Cedes, Lorena Peña, con un grupo interdisciplinario dirigido por Raúl Mejía. La investigación, que durará cinco años, abarca el análisis de México y Argentina. “Trabajamos hace tres años con un mapeo de la industria cinematográfica en el país, una selección de las películas más vistas de los últimos diez años y una medición de la presencia de tabaco en distintas situaciones. Luego realizamos un cuestionario a más de 3 mil adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Tucumán, de distintos sectores sociales, sobre las películas que habían visto, su experiencia con el consumo de tabaco y los hábitos familiares sobre el fumar”, cuenta Peña.
Ahora están analizando esos resultados. “La industria del tabaco tiene una larga historia de promocionar sus productos a través del cine. En los últimos años, con más regulaciones para la publicidad, el cine y los kioscos son los únicos lugares que quedaron para la promoción”, dice, y enumera investigaciones, una de ellas realizada en España, que muestran cómo los medios influyen en el inicio del consumo. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud recomienda directamente que las películas donde se muestre consumo de tabaco sean prohibidas para menores de 18 años.
Según el relevamiento que realizó Peña, la mayoría de los jóvenes ve entre 10 y 15 películas por año, y en siete de cada diez, según el estudio que están llevando adelante, existen escenas donde el tabaco está presente. En Argentina el 22,3% de los adultos fuma: 29% son varones y 15%, mujeres. Y en el 39% de las películas nacionales que ven los jóvenes hay escenas con tabaco, sin contar que el 68% de los filmes “aptos para todo público” tiene escenas con tabaco. “Mi hijo desde los 16 años fuma a escondidas; lo hablamos con él, nos dijo que lo dejó pero cuando sale no lo podemos controlar. Creo que la difusión del consumo en los medios puede modificar o establecer conductas en los jóvenes”, dice Verónica Tomás, una mamá preocupada porque su hijo fuma.
Caminos a seguir. Como posibles soluciones, Peña propone excluir la presencia de marcas de tabaco en las escenas cinematográficas. No debe haber ninguna marca de cigarrillos en las películas, sin excepción. Incluso mostrar claros anuncios antitabaco antes de cada film. Requerir claras advertencias contra el tabaco antes de la exhibición de los films en los cuales se muestra tabaco o gente fumando, independientemente de su calificación. Y por último se propone una medida desalentadora para el uso del cigarrillo en la pantalla grande: la eliminación de los subsidios públicos a las películas que muestren tabaco y la solicitud de éstos en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.