SOCIEDAD
Una solucin socialista a los problemas urbanos

Auto compartido, una nueva tendencia en los Estados Unidos para bajar costos y evitar el tráfico

El encarecimiento de la nafta, los gastos de mantenimiento y el tedio de los embotellamientos son algunos de los motivos que dieron inicio al nuevo fenómeno.

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El trfico en las grandes ciudades hizo que los norteamericanos idearan una alternativa | AFP
El coche propio es el “niño mimado” de los estadounidenses, ya que en el país la cifra de automóviles aumentó durante la década pasada de 38 a 243 millones de unidades. Pero el encarecimiento de la gasolina, los costes de mantenimiento y los enormes atascos que se forman en las calles y carreteras, han hecho que actualmente se imponga la tendencia contraria y muchos estadounidenses hagan algo hasta ahora impensable: compartir su automóvil.

El "car sharing", como se conoce esta tendencia, ya no es una acción poco común, sino que está ampliamente aceptada en el país. "Hoy en día los precios de la gasolina y los altos costes de mantenimiento de un automóvil son decisivos para impulsar la creciente demanda de automóviles compartidos”, dijo el presidente de la junta directiva de la firma de “car-sharing” Zipcar, Scott Griffith.

Entre 1999 y 2001 la gente pensó también que esta tendencia constituye una forma de proteger el medio ambiente, añade su vicepresidente, Matthew Mally. Las diferencias del "car-sharing" de Zipcar con el tradicional sistema de alquiler de automóviles son básicamente dos: en primer lugar, los coches de Zipcar se encuentran aparcados por toda la ciudad.

Por ello el usuario no tiene que ir a recoger su vehículo a la central de alquiler, sino reservarlo por Internet y buscar el que se encuentre más próximo al lugar donde se encuentra.

De esta forma los coches son compartidos por los usuarios en toda la ciudad. Uno lo utiliza y lo deja, también en un lugar determinado, donde después lo recoge otro cliente. Ello posibilita un servicio durante las 24 horas al día.

La segunda diferencia es el precio, según Zipcar, porque la gasolina, el seguro y los gastos de aparcamiento están incluidos en las tasas abonadas por el cliente.

Michelle Brown es una de las dueñas de una tetería en Washington y hace dos meses alquiló por primera vez un coche de una firma de "car- sharing": "Me encanta subir a un coche que siempre está limpio, bien conservado y con el depósito lleno".

Desde entonces, Brown utiliza diariamente un coche de Zipcar para transportar comida a su restaurante porque considera además que ahorra varios cientos de dólares al mes en gasolina y seguro de automóvil.

Brown firmó un contrato de un año para compartir coches, lo que le cuesta 50 dólares al mes. Reserva por Internet el periodo en el que necesita usar un automóvil y abona después otros nueve dólares por hora.

A otros amantes del automóvil les encanta esta forma de uso porque cada vez pueden probar un modelo nuevo. En tiempos de gasolina cara y altos costes de mantenimiento, no sólo pequeños empresarios, sino también autoridades públicas y universitarias abandonan sus propios automóviles para usar coches compartidos.

Craig Pearson, gestor del campus de la Universidad de Massachusetts en Boston, calcula que la universidad ahorra por cada automóvil que no compra alrededor de 20.000 dólares, según un reportaje que publica la revista "Money & Management".

Los costes de gasolina, seguro o mantenimiento quedan atrás, pues ya están incluidos en la cuota que se paga a una firma de "Car- Sharing", considera.

Zipcar comenzó a prestar sus servicios en 2000 con una docena de "escarabajos de Wolkswagen"; en estos momentos cuenta con una flota de 1.600 coches y con 65.000 clientes en todo el país.

El fundador de la firma tuvo la idea en 1999, tras realizar una visita a Berlín. Expertos de tráfico recomiendan desde hace tiempo esta modalidad para evitar los atascos en las autopistas en zonas de aglomeración en Estados Unidos.

Según un estudio de movilidad del Instituto de Transporte de Houston, en Tejas, los conductores de automóviles derrocharon en 2005, en 85 zonas de aglomeración entre las costas este y oeste, alrededor de 3.700 millones de horas durante los atascos y 8.700 millones de litros de gasolina y diesel.