El creciente número de mujeres asesinadas en el último tiempo ocupa las páginas de diarios; sitios web, noticieros y redes sociales. En más de una ocasión se desprende que la víctima poseía un botón antipánico, o que su victimario tenía puesta una tobillera electrónica. Sin embargo, en algunos casos el crimen no se logra evitar. En 2018 2018 hubo 273 femicidios en Argentina.
Ante esto surge el cuestionamiento acerca de cómo funcionan estos dispositivos que deben prevenir situaciones de peligro en las que puede estar expuesta la mujer y que, en algunos casos, llega a la muerte. ¿Es efectivo que una víctima de violencia de género tenga un botón antipánico y lo acciona ante una situación de peligro inminente, o resulta más conveniente que el agresor tenga una tobillera electrónica que controle que no se acerque a la denunciante?
Botones antipánico. “El botón antipánico tiene varias cuatro aristas para que el sistema funcione: el hardware (que es el botón propiamente dicho); la parte del software (que es a donde el dispositivo transmite, cuando uno lo presiona se genera una llamada telefónica y una transmisión de datos y éstos son los que se procesan en el centro de monitoreo y activan la respuesta. Está además la parte de recursos humanos, que es quien da el soporte; y por último la sim card que es lo que da conectividad, que eso depende de una empresa de telefonía” explicaron a PERFIL especialistas de monitoreo.
En ese marco, destacan: “Muchos de los problemas que surgen a veces es con éste último, con la conectividad. Puede suceder que haya problema de datos y que los mensajes no lleguen. Cuando uno aprieta el dispositivo hay dos vías: uno llega por una llamada de voz que va a una central telefónica y, en paralelo, salen los datos que llegan a la plataforma. Es muy raro que no lleguen ninguna de las dos, puede pasar que por un problema de datos llegue más tarde la información”.
Funcionamiento. “El modelo genérico de botón antipánico todo el tiempo transmite información, es decir, refiere la posición de la persona aunque ésta no lo accione y cada usuaria lo configura (puede ser cada 2; 5 o 10 minutos). Cuando alguien aprieta el botón, se emite inmediatamente el alerta con la posición en ese momento”, remarcan los expertos.
Asimismo, añaden: “Ahí se tiene la georeferencia y por otro lado llega la llamada de voz que queda grabada en la central telefónica. Como ese dispositivo tiene al usuario a través de la Justicia porque fue ésta última quien dispuso que se le entregue el dispositivo a la mujer, esa llamada queda incorporada al expediente. Esto es un sistema, no sólo un botón, donde hay una denuncia y la Justicia le dice a la Policía que se le dé un dispositivo a la mujer y la capacitan acerca de cómo usarlo. El sistema como tal funciona muy bien y ha salvado muchas vidas. Eventualmente puede fallar y hay que evaluarlo, pero es una herramienta muy buena”.
Tobilleras. Otro de los dispositivos que se usan ante casos de violencia de género son las tobilleras electrónicas, las cuales le son colocadas a aquellos hombres sobre los que pesa una denuncia de restricción para con quien los denuncia. Desde la Subsecretaria de Acceso a Justicia de la Nación indicaron a PERFIL: “Los dispositivos duales para víctimas de violencia de género son herramientas de geolocalización utilizadas para garantizar el efectivo cumplimiento de medidas cautelares en el marco de procesos judiciales de violencia contra las mujeres. Los equipos se componen de dos unidades de rastreo, que se entregan tanto a la víctima como al agresor; además de un transmisor de radiofrecuencia (tobillera) que se asegura al cuerpo de este último”.
A su vez, señalaron: “El sistema permite monitorear la ubicación del agresor y la víctima, así como fijar zonas de exclusión o peligro (domicilio, trabajo, colegio de los hijos, etc). En caso de que el agresor se acerque a la víctima o a la zona de exclusión a una distancia menor a la establecida en la orden judicial, el sistema emite alertas -tanto al agresor como al Centro de Monitoreo-, lo que permite un manejo más eficaz de protocolos de mitigación de riesgo”.
Y completaron: “A través de su uso, se traslada la carga del alerta, de la víctima al Estado, lo que permite que la mujer pueda recuperar su vida cotidiana. Además esta tecnología funciona como elemento de prueba en caso de que el agresor viole la orden de restricción judicial”.
El Ministerio de Justicia cedió los dispositivos duales a las provincias para que éstas los implementen localmente a partir de las solicitudes que realice el Poder Judicial correspondiente. Previamente a recibirlos, cada jurisdicción estableció un Centro de Monitoreo mediante el cual se realiza el seguimiento de las tobilleras y se aplican los protocolos correspondientes cuando se disparan las alarmas. Dichos lugares deben funcionar las 24 horas, los 365 días del año.
Cada jurisdicción estableció un Centro de Monitoreo mediante el cual se realiza el seguimiento de las tobilleras y se aplican los protocolos correspondientes cuando se disparan las alarmas
Eficacia y resultados. “Desde la implementación de sistema (junio de 2018) hasta el 31 de diciembre de 2018, las provincias no reportaron casos en los que la víctima haya sido agredida físicamente mientras cargaba el dispositivo. Pese a ello, en ese mismo periodo, los centros de monitoreo sí registraron 39 violaciones a restricciones de acercamiento o eventos de alta prioridad, los cuales fueron canalizadas en cada caso de acuerdo a los procedimientos establecidos para tal en fin en cada provincia”, precisaron desde la subsecretaría.
Dispositivos entregados por provincia, según datos del ministerio de Justicia
- Córdoba: 100
- Mendoza: 100
- Salta: 55
- Ciudad de Buenos Aires: 66
- Provincia de Buenos Aires: 60
- La Rioja: 30
- Tucumán: 30
- Entre Ríos: 25
- La Pampa: 25
- Santa Fe: 20
- Chubut: 20
- Neuquén: 15
- San Juan: 15
- Tierra del Fuego: 14
- Jujuy: 5
Ada Rico, presidenta Asociación Civil La Casa del Encuentro, ONG donde reciben cerca de 200 consultas mensuales, dio su opinión sobre estos dispositivos, y si bien considera que hay que aplicar ambos, remarcó en diálogo con PERFIL: “En casos de violencia contra las mujeres, deberían aplicarse las tobilleras a los hombres, porque sino se vuelve a recaer la responsabilidad en la mujer. No entendemos por qué hay provincias donde no se está utilizando el dispositivo donde realmente controlen cuáles son los movimientos del agresor porque sino le dan un dispositivo a la mujer y es ella la que tiene que hacerse responsable nuevamente del tema”.
“Hay provincias que no están aplicando la tobillera y me gustaría saber por qué, dado que es un dispositivo que puede funcionar funcionar. Tenemos una justicia patriarcal; sexista y garantista, entonces hablan del control al agresor y que (el uso de la tobillera) sería como quitarle la libertad al hombre, pero ¿y a la mujer qué?”, agregó.
Asimismo, Rico completó: “Con la tobillera, desde el monitoreo que hacen, controlan que está haciendo el agresor, si se acerca y si tiene un perimetral, lo van a controlar directamente a él por eso es más efectivo. Sino la mujer tiene que estar pendiente de avisar, y muchas veces por más que tengan el botón (antipánico) muchas veces no lo llegan a accionar. Lo que hay que hacer es pedirle a la Justicia que haga algo más porque no queremos que las mujeres tengan miedo y digan '¿para qué voy a denunciar a mi agresor?".
"Nosotros tenemos un grupo de ayuda que se reúne los viernes, y cuando vienen las mujeres a estos encuentros uno ve que en la mesa ponen los dispositivos y los miran continuamente que no se les vaya la señal, entonces la mujer es la que tiene que estar pendiente de cuidarse con todo lo que ya de por sí cuesta realizar una denuncia, vencer la vergüenza y encontrarse con una estructura burocrática, conseguir que le otorguen una medida cautelar y cuando se la dan, ¿no se siente protegida?", ejemplificó.
En ese contexto Cinthia Amedei, una de las abogadas que trabaja para la ONG, expresó: "En las medidas precautorias está la prohibición de acercamiento y la exclusión del hogar, pero al no haber una sanción determinante cuando esas medidas se vulneran, continúa siendo casi ineficiente el sistema, entonces las tobilleras permiten hacer un seguimiento más cercano al agresor y, si se acerca a la mujer, se pueda tener un alerta. El problema es que no hay tantas, en las provincias se entregaron poquísimas y por eso sigue siendo ineficientes. El provincia de Buenos Aires entregaron 60, ¿cuántos habitantes tiene la Provincia?¿cuántas denuncias por violencia hay?
"La mujer es la que tiene que estar pendiente de cuidarse con todo lo que ya de por sí cuesta realizar una denuncia, vencer la vergüenza y encontrarse con una estructura burocrática para conseguir que le otorguen una medida cautelar"
"También hay que ver cuál va a ser el criterio para entregar las tobilleras, qué monitoreo ofrecen, el cual tiene que ser el tiempo real y que alguien lo controle las 24 horas. La parte garantista del derecho va a decir que eso viola las garantías del debido proceso de la persona que lleva la tobillera, porque puede ser en un caso donde no haya sentencia firme. La realidad es que es necesario porque el agresor maneja su vida y dentro de sus tiempos aprovecha para hacerle la vida imposible a la mujer, y en los peores casos las terminan asesinadas", añadió.
Durante el año 2018 hubo 273 femicidios en el país, lo que significa que una mujer fue asesinada cada 32 horas
Consultada acerca de cómo son los pasos para que una mujer pueda solicitar el botón, la letrada concluyó: "En la práctica, depende de cada jurisdicción y del equipo técnico que interviene, hay algunos que sí lo ofrecen y otros que, si no lo solicita la parte interesada, no lo entregan. En el interior del país es más complicado porque no hay dispositivos; personal idóneo, entonces no terminan dándole la entidad que tiene a la denuncia de una mujer y así llegan los femicidios".
Cifras alarmantes. Durante el año 2018 hubo 273 femicidios en el país, lo que significa que una mujer fue asesinada cada 32 horas, según el último informe de la Asociación Civil La Casa del Encuentro.
De acuerdo al informe anual de la entidad, presentado en la Cámara de Diputados el jueves, hubo una leve mejoría respecto al promedio de femicidios ocurridos en 2017, el que había determinado que una mujer fue asesinada cada 30 horas. Los datos fueron relevados en los medios de comunicación nacionales por el Observatorio de Femicidios en Argentina "Adriana Marisel Zambrano", que depende de la ONG y que desde hace diez años elabora este tipo de estadísticas.
En el trabajo se detalló que desde el 1º de enero hasta el 31 de diciembre de 2018 hubo 273 femicidios, 339 niños y niñas se quedaron sin madre, de los cuales 233, son menores de edad. Además, se detalló que en 113 casos los asesinos fueron esposos, parejas, novios; en 60, ex esposos, ex parejas, ex novios; en 26, vecinos o conocidos; en 23, otros familiares; en 13, padrastros; en 12, hijos; en 22, sin vínculo aparente; y 4 por femicidio estatal.
En más de la mitad de los casos las mujeres tenían entre 19 y 50 años
Acerca de la edad de las víctimas, en más de la mitad de los casos las mujeres tenían entre 19 y 50 años; mientras que el lugar más habitual donde ocurrieron los crímenes fue en la vivienda de las asesinadas; y los elementos más utilizados fueron las armas de fuego y las armas blancas.
Por provincia. En tanto, con respecto a las provincias con más femicidios, Buenos Aires se ubicó en el primer lugar con 93 casos, seguida por Santa Fe con 27, luego Córdoba con 24, Tucumán con 17, Mendoza con 16, y Salta con 12. El año pasado a su vez, no se registró ningún caso en las provincias de Tierra del Fuego ni en Santa Cruz.
Reclamo. Durante la presentación del informe, las autoridades de La Casa del Encuentro remarcaron ante el Congreso la necesidad de contar con asignación de presupuesto con perspectiva de género en todas las áreas del Estado; la elaboración de estadísticas oficiales sobre violencia sexista; y la Ley Nacional para que las personas denunciadas por violencia no accedan o no ejerzan cargos públicos en el Estado.
El informe contó con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, de la Dirección General de la Mujer- Fortalecimiento de la Sociedad Civil, Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y de la Fundación Avon.
Si vos o alguna mujer que conocés sufre violencia de género comunicate al 144, es una línea telefónica nacional gratuita que brinda contención, información y asesoramiento.