Los casos de femicidio se siguen sucediendo y el nuevo episodio de salvajismo tuvo ayer como víctima Graciela Molina Hernández, uruguaya de 55 años, que vivía en el barrio de Almagro. Los problemas de la mujer con su ex marido, Walter María Gómez, de 73 años, también uruguayo eran conocidos en un edificio de Humahuaca al 3900, al punto que las denuncias de violencia y maltrato de la Hernández ya habían motivado que la justicia le impusiera al hombre una restricción permitral. También se supo que tenía un botón antipánico que le había proporcionado la Superintendencia de Violencia Familiar y de Género, de la Policía de la Ciudad, para accionar de urgencia en el caso de que se viera nuevamente atacada, sin embargo nada de eso pudo salvarla este jueves de un salvaje asesinato. Como al momento del crímen ese dispositivo no fue accionado, se cree que la mujer fue sorprendida y no pudo accionarlo.
Según trascendió Gómez, que trabaja como taxista, guardaba el auto habitualmente en el edificio donde vivía la víctima. La cuestión es que habría sorprendido a la mujer en el palier del edificio y después de agredirla verbalmente, la empujó y sacó un cuchillo, con el que le produjo un corte en la garganta. Ante los gritos de la mujer, algunos vecinos acudieron corriendo, pero pese a que se llamó de urgencia a los servicios de asistencia, la magnitud de las heridas recibidas hizo que Hernández falleciera poco después. El femicida se entregó a la policía un rato después y quedó detenido en dependencias de la sede Central de la Federal, en Moreno al 1500. "Me mandé una macana" dijo en la Guardia y contó lo ocurrido.