El hecho estremeció a la ciudad de Salta. El periodista Franco Rodrigo Gaspar Cinco, de 28 años, envenenó con cianuro a su pareja Alejandra Párraga, de 26, y al hijo de ella, Amir Párraga, de solo dos años. Diez meses después, la Sala II del Tribunal de Juicio Salteño condenó al comunicador a cadena perpetua por los delitos de “homicidio simple en grado de tentativa en concurso real con homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y por el medio utilizado”.
Los crímenes ocurrieron el 5 de junio del año pasado, en la casa de la familia de la víctima. El niño estaba enfermo y fue entonces que Franco percibió la oportunidad de engañarlos y le hizo beber “agua bendita”, que en realidad contenía cianuro. El niño convulsionó y la madre desesperada le realizó respiración boca a boca, lo que ocasionó que entrara en contacto con el veneno y también colapsara.
Antes del doble homicidio, el periodista intentó de otras maneras acabar con la vida del niño, porque sentía que interfería en la relación que tenía con su pareja. En la investigación judicial se pudo determinar que el hombre había intentado contratar a antiguos compañeros de estudio para que actúen como sicarios y también habría intentado arrojar al pequeño por un barranco durante un paseo por el dique Cabra Corral.
Alejandro, padre de la joven, manifestó su tranquilidad tras escuchar la condena y aseguró que finalmente se hizo justicia. “Más allá de que este asesino quiso culpar a mi hija, diciendo que fue mi hija cuando las pruebas decían lo contrario. Ahora nos juntaremos en familia y lloraremos porque el dolor que llevamos es inmenso”, afirmó.
A pesar de las evidencias en su contra, antes de escuchar el veredicto, el acusado negó su responsabilidad: “Jamás tuve la intención de terminar con la vida de Alejandra, el amor de mi vida, ni de su hijo”. Y agregó que "la construcción de la historia hizo que haya una condena mediática y social".