Krzysztof Charamsa, el sacerdote polaco expulsado del Vaticano por el Papa tras declarar públicamente que es gay, opinó en una entrevista radial y precisó: "Pensé que Francisco era un cambio" pero luego, "me di cuenta que sostiene la homofobia".
“Yo tenía gran confianza en papa Francisco y la apertura que promovía, marcó una diferencia con el papa Benedicto XVI. Pero fue pura manipulación o maquillaje”, indicó Charamsa.
"La carta de Bergoglio sobre el matrimonio igualitario tenía palabras inadmisibles para cualquier cristiano. Llamaba al amor entre dos hombres como algo diabólico, esto es algo imperdonable (...) Dios creó al ser humano para el amor y nadie está excluido de ello. Decir que el amor entre dos hombres o entre mujeres es diabólico es una contradicción con las sagradas escrituras y con la ciencia", detalló en diálogo con el programa radial No Se Puede Vivir del Amor, emitido por AM 1110.
“Yo pensaba que papa Francisco era un cambio”, sostuvo el teólogo a la vez que advirtió: "Luego me di cuenta que hoy está sometido a la fuerza de un sistema que es machista, misógino y homofóbico".
“Hoy Francisco ha abandonado esta vocación de apertura”, opinó. En ese contexto, recordó que el 8 de diciembre de 2016 confirmó una ley de 2005 de Benedicto XVI, que prohíbe a todos los hombres homosexuales ser sacerdotes católicos y que además invita a todos los Obispos y directores de seminarios a verificar la homosexualidad de los candidatos, porque un homosexual no puede ser admitido.
“Francisco puede sobreponerse a esas fuerzas y no solo puede sino que es su deber moral y, si no lo hace, tiene toda su responsabilidad (...) y es un crimen moral no hacerlo. Me da tristeza ver cómo ha abandonado el entusiasmo y el coraje de la apertura y la reforma”.
Al ser consultado sobre por qué se muestra aún a Su Santidad como un Papa revolucionario, Charamsa manifestó que es porque él encendió al comienzo esa esperanza, y habló en algunas ocasiones con un lenguaje nuevo. “Pero hoy este nuevo lenguaje está reducido" y Jorge Bergoglio "ya no sigue para nada ninguna verdadera reforma”.
Francisco "predica como un párroco en su parroquia y ha renunciado a un verdadero gobierno de la iglesia", concluyó.