Alguien que mire el problema ferroviario desde afuera diría: “Qué mala suerte esta gente, con todo lo que están invirtiendo, fíjate cómo les va”. Una mirada más atenta revelaría otra cosa, una gestión más prolija que la anterior, pero que aún le falta mucho por aprender, y que no puede tomar el toro por las astas y se ve obligada a seguir con indeseables socios como los Cirigliano. Una cara tercerizada, la Ugoms que administra el negocio, de la cual se puede decir mucho excepto que sean idóneos. No existe ferrocarril en el mundo cuya administración soporte tres accidentes graves en menos de veinte meses.
Trabajadores que denuncian la falta de insumos y repuestos, y pasajeros que viajan menos y peor. Un divorcio entre trabajadores que quieren mantener sus puestos de trabajo y una dirigencia política que primero los negó, luego trabajó con ellos y ahora los ignora y pretende responsabilizarlos de su propia ineficiencia. Patético querer echarle nuevamente la culpa al maquinista, si el paragolpes que se incrustó en la cabina hubiese sido el otro, lo hubiesen sacado con agua caliente de entre las chapas. No es culpando a los trabajadores que se sale del problema, es trabajando seriamente en el problema, instalando sistemas de detención automática (atp) y no cámaras en las cabinas, comprando repuestos y no pantallas que sólo sirven para juntar más bronca.
Los trenes tienen una gran cantidad de energía cinética que tienen que disipar en algún lado. En el accidente de ayer una parte se disipó rompiendo el paragolpes, otra rompiendo el centro del bogie, que queda atrapado en el cuadrado de la vía, mientras que la caja del tren siguió arrastrándose arriba del andén. Esta vez los coches estaban alineados, a diferencia de la tragedia de febrero de 2012, donde estaban a diferentes alturas, y un coche se montó adentro del otro.
Hoy las cámaras están de moda, y los responsables del sistema ferroviario piensan que instalando cámaras resolverán problemas que sólo se resuelven con orden, método y trabajo. Otros creen que con las cámaras resolverán el problema del delito. En síntesis, estamos frente a un modus operandi de varios de los que plantean quedarse con el botín del gobierno en las próximas elecciones.
* Ingeniero y presidente de la ONG Salvemos al Tren.