“Tardamos cinco años exactos en llegar a este procesamiento, no sabemos si celebrar o llorar. De todas maneras, nada nos va a devolver la vida de nuestras hijas”, aseguró de manera contundente Alberto Provedo, papá de Leticia Paula, una de las dos jóvenes que perdió la vida el 10 de septiembre de 2010, cuando cedió el entrepiso del boliche Beara, en Palermo. “No sé por qué se demoraron tanto en procesar a los responsables. Las pruebas que presentamos son irrefutables”, agregó, en diálogo con PERFIL.
La semana pasada, Alicia Iermini, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 48, decretó el procesamiento a los 16 imputados en el derrumbe del boliche que, además de Leticia, provocó la muerte de Ariana Lizarraga y dejó más de cincuenta heridos. La resolución de la jueza, que aplicó las figuras de cohecho, homicidio culposo e incumplimiento de deberes de funcionario público, alcanzó a los socios del local bailable, a cuatro ex funcionarios del gobierno porteño, y a siete oficiales y suboficales de la Policía Federal que prestaban servicio en la Comisaría 25. Entre los procesados se encuentra Martín Farrell, ex jefe de Habilitaciones porteño, que había sido sobreseído en la causa y estuvo a punto de ser nombrado juez del fuero contencioso administrativo, propuesto directamente por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri.
“A los imputados se les fueron cerrando todos los caminos. Esta vez, la Cámara actuó como esperábamos, ya que en el fallo de primera instancia sólo se imputó a quienes proporcionaban la coima a los funcionarios, que habían sido sobreseídos y desafectados de la causa”, puntualizó Juan Lizarraga, papá de Ariana. “No es poco que estén acusados de cohecho y de homicidio agravado. Todo era ilegal en Beara”, añade el padre de la joven, que se encontraba justo debajo del entrepiso instalado precariamente en el momento del derrumbe por sobrepeso.
Tanto para Lizarraga como para Provedo, la resolución de la jueza Iermini dejó al descubierto “un entramado de corrupción y complicidad entre funcionarios, dueños del boliche y la Policía Federal”. “No sólo eso: lo peor es que uno de ellos, Farrell, pretendía ser juez. Algo increíble”, sostuvo Provedo.
Los padres de las víctimas estiman que recién hacia fin de año se elevará la causa a juicio oral. “Creemos que los procesados apelarán la medida, y una vez resuelta esa instancia, esperamos la fecha del juicio”, dijeron.