Un informe del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al que tuvo acceso Perfil.com precisó que desde principios de año hasta la fecha se registraron 2157 casos de dengue en esta Capital. De ellos, 1744 autóctonos, sin antecedentes de viaje.
Del total de personas afectadas, dos pacientes fallecieron debido a que poseían patologías asociadas preexistentes, según informaron las autoridades. El resto de casos tuvieron una evolución favorable en su tratamiento y cuentan con un buen estado general, mientras prosiguen con controles periódicos.
El subsecretario de Planificación Sanitaria porteño, Daniel Ferrante, confirmó a este medio que los contagios empezaron a disminuir: "Estamos notando que está bajando el número de casos, probablemente ya durante abril vaya descendiendo y con los primeros fríos y todas las medidas de control. Seguirá así hasta que prácticamente ya no vamos a tener más casos".
Desde principios de noviembre evolucionaron las estrategias para combatir el dengue. En un primero momento se realizaron campañas de descacharrización y de concientización. Cuando aumentaron los casos, se llevaron a cabo fumigaciones localizadas dentro de la vivienda en la que se detectó alguna persona contagiada y hasta ocho cuadras a la redonda. Ya entrado febrero, se estableció un dispositivo más general con algunas fumigaciones masivas. No obstante, el ministro de Salud porteño insistió que "la fumigación no tiene un impacto tan fuerte como el control en cada casa".
Ferrante remarcó que la forma más eficaz de eliminar el contagio es el trabajo que "la población hace en sus casas, que elimine los reservorios de agua estancada limpia y la que se acumula no solo dentro sino alrededor de la casa", dado que este mosquito busca lugares de esa naturaleza para reproducirse con alguna pared al costado para poner sus huevos.
A principios de marzo, el secretario de Promoción, Programas Sanitarios y Salud Comunitaria de la Nación, Néstor Pérez Baliño, reconoció que el dengue "llegó para quedarse". Esta nueva situación hace necesaria una modificación en la forma de actuar contra la enfermedad de cara a los próximos años. "La tropicalización de muchas zonas templadas hacen que sea muy difícil eliminar todos los reservorios durante el otoño y el invierno porque la larva, aunque se mueran los mosquitos adultos a partir de los 6-8 grados de temperatura, persiste. El nuevo aumento de las temperaturas que aparecen cada vez antes asociado a que luego baja el nivel de dignidad social durante los meses de invierno hace que no podamos trabajar en la cuestión preventiva, las larvas persistan y volamos a tener mosquitos", detalló el funcionario porteño.
"Nos tenemos que acostumbrar toda la Argentina, por lo menos determinada latitud para el norte incluyendo la ciudad de Buenos Aires, que todos los veranos vamos a seguir teniendo casos", lamentó. "El fortalecimiento de la estrategia tiene que estar dado en contribuir a que en los meses que vienen esto tiene que estar en la agenda de la opinión pública, que se puedan sostener los esfuerzos que se vienen haciendo y que durante el invierno podamos trabajar más fuertemente en la prevención y que el episodio del año que viene nos encuentro con menos larvas circulando", concluyó.
La epidemia más grande en los últimos 25 años
La organización humanitaria Médicos del Mundo elaboró un Documento Técnico de Evaluación de la Epidemia del dengue en 2016 en el que se consideró cualquiera de los escenarios de análisis (datos oficiales Boletín Epidemiológico SE 12 u estimaciones extraoficiales). Las conclusiones fueron que este brote "es el más grave de los últimos 25 años en Argentina desde que volvió existir transmisión vectorial en el país".
Uno de los autores del documento, el especialista en epidemiología y emergencias Gonzalo Basile, actual Presidente Honor y Coordinación de América Latina y Caribe de Médicos del Mundo, puntualizó que esta nueva epidemia "tiene una dimensión poblacional incluso mayor a la del año 2009". "En las primeras 12 semanas epidemiológicas del 2016 (03/01 al 26/03/2016) según el Ministerio de Salud de la Nación en Argentina se notificaron 41.124 casos de dengue incluyendo sospechosos, probables, confirmados y descartados. Es decir, son un total de 231.684 casos de Dengue en Argentina hasta mediados de marzo que están notificados oficialmente", resumió.
"Los programas paternalistas, centralizados y de estructura vertical que existen en muchos de nuestros países resultan en su mayor parte ineficaces. Hacen mucho hincapié en el control químico y tratan de cubrir todas las áreas infestadas pero carecen de recursos para hacerlo. Como no se dispone de un sistema de vigilancia y sistemas de alerta temprana que permita detectar el aumento de su incidencia y responder oportunamente, la mayoría de las veces estos programas responden a los brotes, pero por lo general con muy pocos recursos y demasiado tarde para cambiar de manera significativa el curso de un brote o epidemia" amplió.
Según el experto, el mosquito Aedes Aegyti está ampliamente distribuido en todo el territorio nacional en casi dos tercios del país y regional (Paraguay y Brasil sobre todo) "por las condiciones de clima, temperatura y humedad de los países, pero sobre todo por las condiciones de vida aún malsanas y precarias de millones de personas y familias en urbanizaciones inequitativas de nuestros países, generadoras masivas de desechos (basurales a cielo abierto, no gestión de residuos sólidos) y carentes de acceso a agua en amplios grupos poblacionales, generando así reservorios perfectos para reproducción vectorial en contextos de lluvias y temperaturas propicias".
(*) Especial para Perfil.com | Twitter: @BarbaraDefoix