Los infieles están en problemas: un exhaustivo examen forense puede develar rastros del engaño cometido con una precisión que el detective privado, ya pasado de moda, no puede prometer. Ropa interior, sábanas, acolchados y almohadones pueden guardar la evidencia.
El examen de ADN, realizado por un laboratorio de genética privado de la Ciudad, atiende las dudas acerca de supuestas infidelidades. ¿Cómo? Según explican en su página de Internet, así de fácil: “Exámenes forenses de ADN para casos de infidelidad”, reza el título, y aclaran los tantos al asegurar que “ detectan fielmente la presencia de una posible infidelidad” (valga la redundancia).
Estos exámenes, aclara la Dra. Andrea F. Puppio, responsable del área Filiaciones del Centro de Estudios Genéticos (CEG), se encaran del mismo modo que una investigación forense realizada por la Justicia. O sea, se ofrece mediante análisis de ADN la evidencia concreta de la presencia de células de un tercero en discordia en algún artículo que al despechado le resulte sospechoso.
“Comparamos el ADN obtenido en materiales forenses como ropa interior, toallas femeninas o sábanas y acolchados con otros de la persona investigada y/o con una muestra del consultante”, explica la doctora y declara que, en general, la mayor parte de los que van a su consulta son hombres.
“Un alto número de sospechas suelen terminar en pruebas de paternidad por ADN, que también se pueden realizar en forma prenatal, a partir de la semana doce de gestación."
Los precios varían, porque depende de cuánta cantidad de pruebas se hagan y qué tipo de muestras haya, pero no bajan de los 1.500 pesos.