SOCIEDAD
el primer caso en el paIs

Dos venezolanas se casaron y serán mamás en la Argentina

Son dos psicólogas que dieron el sí en Santa Fe y esperan su bebé en Buenos Aires. Se “refugiaron” para anotar a su hijo a nombre de las dos.

Dulce espera. Migdely Miranda está embarazada de 36 semanas. Con su pareja Gini Soto alquilaron un departamento en microcentro y tendrá a su hijo Gabriel en la Maternidad Sardá. Se casaron aquí en 201
| Pablo Cuarterolo

Gini Soto y Migdely Miranda son dos psicólogas venezolanas que llegaron a nuestro país enamoradas y en busca de “asilo”. Se conocieron en el 2012 y al año siguiente viajaron a la Argentina para casarse. Hoy están instaladas en Buenos Aires, a la espera del nacimiento de su primer hijo, Gabriel.

“En dos años, pasamos de ser dos a ser tres y estamos felices por todo lo que significa la lucha de nuestro amor”, inicia la charla Gini, mientras su esposa Migdely, quien luce un embarazo de 36 semanas, la acompaña en el relato. Ellas son la primera pareja de extranjeras que tras la aprobación de la ley de matrimonio igualitario y el resto de las normas que garantizan los derechos de las familias diversas, llegan al país para casarse y tener su hijo.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“El primero de junio del año pasado le pedí matrimonio y el 28 ya estabamos en el Registro Civil de Rosario dando el sí. Pensamos que en la boda seríamos sólo ella y yo  tomándonos “selfies”, pero estuvimos rodeadas de gente que se sumó a nuestro festejo. Hay mucha empatía con los argentinos y eso nos gusta. Ahora con Gabriel estaremos más unidas que nunca a este país”, explica Gini. Ambas usaron sus vacaciones para viajar y una vez casadas retornaron a Caracas, Venezuela. Allí trabajan en un centro terapéutico donde se conocieron.

“Viajamos sólo para casarnos y luego volvimos a Venezuela con todos los papeles. Como cualquier otra pareja queríamos que nos validaran el matrimonio, pero no fue así. Debimos solicitar por escrito un aval del trámite para luego inicar un amparo”, explica Migdely, y se lamenta que “pasará lo mismo cuando nacionalicemos a Gabriel. Sólo una de nosotras figurará como mamá, seguro seré yo porque lo llevo en el vientre. Pero es nuestro hijo, de las dos.

Presentaremos un amparo explicando que le quitan derechos al niño al no reconocerle a sus dos madres. Si lo logramos sentaría jurisprudencia y otras parejas podrían usar nuestro ejemplo para luchar por sus hijos”. 

Luego de la boda, en Caracas iniciaron el proceso de inseminación artificial en una clínica privada, donde a Migdely se le implantó un óvulo fecundado de Gini, para que ambas sean parte del proceso. Al llegar a los seis meses de embarazo, volvieron a Buenos Aires, para que Gabriel nazca en un país donde ambas madres puedan ser reconocidas como tal. Gini se siente encantada con  la Argentina y recuerda que de niña, en su Anzóategui natal jugaba con unos vecinos porteños, que le enseñaron a tomar mate.

Como pareja e integrantes de la comunidad homosexual de Venezuela, ambas participaron de la juntada de firmas de 47 asociaciones que representan a la Comunidad Sexo Diverso para solicitar una Ley de Matrimonio Igualitario. Juntaron más de 20 mil adhesiones y están a la espera de la aprobación.

Migdely sueña con poder lograrlo y con su nueva vida de a tres en Venezuela: “Creemos que hay que acompañar el crecimiento del niño y contarle en los tiempos que sea necesario cómo armamos la familia que somos. Pero será todo natural. En Venezuela no somos discriminadas ni sufrimos ataques, pero no tenemos respaldo legal. Por suerte la sociedad acompaña el cambio, y eso es bueno, para que Gabriel crezca en una sociedad que nos acepte”.

Casi cien bodas en dos años
Hace poco más de dos años, en junio de 2012, se  aprobó la modificación a la Ley de Matrimonio Igualitario que permite la unión entre extranjeros no residentes en el país. Desde entonces son casi cien los matrimonios de este tipo que ya se formalizaron en la Argentina. La primera boda se celebró entre los paraguayos  Simón Cazal y Sergio López en Rosario, y se convirtió en la primera ciudad de América Latina en permitirlo. La última fue dos semanas atrás, cuando dos rusas dieron el sí en Buenos Aires, porque en su país natal existen leyes discriminatorias contra la homosexualidad. Los primeros en casarse en la provincia de Buenos Aires fueron los australianos Alex Greenwich y Victor Höld, que lo hicieron en La Plata. Argentina se consolida como un destino elegido por las parejas de todo el mundo que desean casarse y no pueden hacerlo en sus países. “Mientras el mundo debate sobre los derechos del colectivo LGTB nuestro país da pasos fundamentales en la garantía efectiva y exporta igualdad para todas y todos”, dice  Esteban Paulón, presidente de la Falgbt