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El barra que murió en Sudáfrica ya planeaba el regreso a la Argentina

La familia y especialistas cada vez creen más que el "susto" fue por un ataque y no un robo. Todo el camino del hincha hasta el Mundial. Fotogalería exclusiva. Galería de fotos

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| Gentileza familia Forlenza

Dos días pasaron de la muerte de Luis Arturo Forlenza, el herrero de Villa Ballester que viajó a Sudáfrica con la boquense “Barra de Lomas”, y aún no se sabe con certeza qué es lo que le produjo el repentino paro cardíaco que lo llevó a la muerte el sábado después del partido entre Argentina y Alemania.

Recién ayer se le realizó la autopsia, sin embargo, tanto familiares como una ONG que investiga a Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) confiaron a Perfil.com que “el susto” habría sido producto de un ataque de un grupo de 50 barrabravas de Independiente que pertenecen a HUA -que es respaldada por el kirchnerismo- y no por un intento de robo de “desconocidos”, tal como aseguró la Embajada argentina en Sudáfrica.

A todo esto, el gobierno nacional aún no se ha manifestado sobre la muerte de este socio de Boca de 57 años ni tampoco la Embajada argentina comenzó a tramitar la repatriación de los restos .

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Yésica Forlenza, hija del fallecido, recibió a este medio en su propia casa, y contó que el funcionario Pablo Virasoro, de la Embajada en Johanesburgo, le había dicho que debía pagar los 15.000 pesos del traslado del cuerpo más los 2.000 dólares que costó la atención médica.

La única familiar directa viva del barra se acercó esta mañana a la Cancillería pero tampoco obtuvo respuestas favorables. Luego acudió a la Defensoría del Pueblo y le indicaron que no había recurso legal para ayudarla.

“Es increíble, porque salió en todos los medios que kirchneristas le pagaron pasajes y entradas a decenas de hinchas y ahora me dicen que ninguna ley los obliga a costear la repatriación”, dice con gran enojo Yésica, de 28 años, junto a su hija de nueve.

Ella se gana la vida como cajera de supermercado y asegura que no puede afrontar esos montos. Peor aún, comenta desconsolada que desde la oficina diplomática le pasaron las tarifas de repatriación “como si se tratara de los precios de la carne, a tanto el kilo”.

La hija del hombre al que le encantaba compartir asados e ir de pesca con los amigos está en contacto con la mujer de otro de los miembros que aún siguen en Sudáfrica de la “Barra de Lomas”. Ésta pertenece a la denominada " Hinchada Oficial de la Selección", el grupo que viajó en el mismo avión que el plantel argentino y que está enfrentado a Hinchadas Unidas, según confía a Perfil.com el apoderado de la ONG de Vecinos Maldita Violencia en el Futbol, Javier Miglino.

Pero, como a esos hinchas se les estaría acabando el dinero, las llamadas desde Sudáfrica se volvieron escasas y Yésica dejó de recibir la información de última hora.

Al revisar una artículo que publicó hoy el diario deportivo Olé sobre la muerte de su padre, Yésica reconoció a uno de los miembros de la "Barra de Lomas", pero hasta ahora nadie lo pudo relacionar con el incidente.

En tanto, Miglino, de la ONG, se refirió a la denuncia que Luis Forlenza había realizado a la Policía sudafricana. El especialista sostuvo que no habría contado la verdad para “salvaguardar los códigos entre hinchas, que no se delatan entre sí". Y especuló con que "por eso le dijo que le quisieron robar".

Con el dinero justo
. Por su lado, Yésica cree que “en el grupo tenían entre 55 y 60 años y es difícil que ellos hayan buscado problemas con otros hinchas”, pero reconoció que en el fútbol “meterse en líos es común”. Ella considera que alguno de los hinchas que viajó con Luis pudo haber sido “patrocinado” por alguna billetera K, pero duda en el caso de su padre.

“Los otros sacaron todos juntos el seguro médico de viaje. En cambio, mi viejo no contrató una cobertura porque no lo podía pagar. Fue con lo justo”, relató.

Encima, Luis tuvo que ser atendido en un hospital privado sudafricano porque había padecido una parálisis en su brazo derecho y otra en el pie del mismo lado, contó Yésica.

Según recuerda, éste era el segundo viaje de Luis a una Copa del Mundo. El primero había sido a Italia en 1990 y también junto a otros barras de Boca.

Su enfermedad cardíaca lo aquejaba desde hacía años. En 2005 fue intervenido del corazón y en 2008 le aplicaron dos bypass en las piernas. “Estaba en lista de espera en los vuelos para volver de Sudáfrica y sus compañeros le decían que se atendiera en la Argentina, pero él dijo que se quería quedar hasta el final”, dijo.

Luis solía ir a la Bombonera con la "Barra de Lomas" hasta la muerte de su esposa, Nora Martínez, hace cinco años. Fue cuando estrechó el vinculo con su hija y su nieta. “Venía a ver los partidos a casa, ya no iba a la cancha y estabamos más en familia”, recordó Yésica.

Pero en 2008 padre e hija volvieron a distanciarse, al punto que ella se enteró de que él había viajado al Mundial cuando fue internado por el incidente. Ahora, en medio de la tristeza, ella lucha por lograr el reencuentro.

(*) De la redacción de Perfil.com