En la familia del “10” todo se hace a lo grande: casamiento, nacimientos, cumpleaños, separaciones. Y en otro de esos grandes despliegues se realizó, ayer pasadas las 12 del mediodía, en la Iglesia Nuestra Señora de Balvanera el bautismo de Benjamín Agüero, el único nieto de Diego Maradona.
Aprovechando la presencia en Buenos Aires de Sergio “Kun” Agüero y Gianinna Maradona, Claudia Villafañe, la flamante abuela, ayudó a su hija a organizar todo, desde los arreglos para la ceremonia hasta la fiesta de celebración con el staff de su empresa de planificación de eventos Plan B. Un día después de que el bebé cumpliera 4 meses –nació el 19 de febrero pasado en la clínica Montepríncipe de Boadilla del Monte, en España– y custodiado por San Expedito, la ceremonia se llevó a cabo en medio de un gran operativo de seguridad que incluyó un grupo de guardias de seguridad, policías, el cierre de la calle Bartolomé Mitre entre Larrea y Azcuénaga y el desalojo de la iglesia para que nadie interrumpiera ese sagrado momento a cargo del padre Fabrizio Maranzana. La entrada, además, estaba flanqueada por dos promotoras que custodiaban la estricta lista de invitados y exigían a los que ingresaban la tarjeta tipo pasaporte de color rojo en honor a Independiente, cuadro en el que Agüero debutó y del que es tan fanático que hasta inscribió como socio a su hijo antes de que naciera. Y en lugar de la típica estampita o la bolsita con almendras que se entrega como souvenir de bautismo, a modo de recuerdo para los asistentes había dentro de la invitación una medallita con el nombre “Benjamín Agüero Maradona”.
Cerca de las 13 y tras una ola de fuertes aplausos, se abrieron las puertas y los asistentes comenzaron a salir. Así, el primero en pisar la calle fue Ezequiel Agüero, cuñado de Kun y cantante de Mezgaya; detrás aparecieron María Inés Breña (la mujer de Guillermo Francella), Micaela Tinelli con su novio, Joaquín, el futbolista y compañero de equipo de Kun, Maxi Rodríguez, y Gastón Pauls y Agustina Cherri con la pequeña Muna en brazos. Exultante, Maradona salió con una sonrisa de oreja a oreja seguido de sus padres doña Tota y don Diego. Custodiada por su novio y vocero de su papá, Fernando Molina, Dalma Maradona fue una de las pocas que hizo declaraciones a la prensa. “Estoy muy contenta y muy emocionada, estuvo muy lindo”, alcanzó a decir, breve, antes de subirse a su auto. Finalmente, salieron los papás con Benjamín. Enfundada en un mini vestido azul con estampa negra, medias oscuras, stilettos negros y una chaqueta fucsia, Gianinna no podía ocultar su alegría. A su lado,, el delantero del Atlético de Madrid no soltaba a su hijo y a su mujer, mientras posaban para los fotógrafos. Tranquila, la pareja aceptó la lluvia de flashes sin sacarse la sonrisa de la cara. Ni rastros de las diferencias que, según algunos, habrían surgido sentre ellos a causa de una salida nocturna –algo agitada– del Kun.