El ex suboficial de la Armada Marcelo Alberto Girat, condenado el miércoles a 14 años de prisión y beneficiado con arresto domiciliario por abusar sexualmente de su hija, fue trasladado al Complejo Penitenciario de Batán, al no poseer domicilio fijo para cumplir con ese tipo de arresto, informaron fuentes judiciales.
En una audiencia llevada a cabo en el Tribunal Oral 3 de Mar del Plata y de la que participaron los jueces Juan Manuel Sueyro y Fabián Riquert, el fiscal Eduardo Amavet y la defensora Luz Alonso Proto, se resolvió la revocatoria de su condición de arresto y el traslado a la Alcaidía 44 de Batán.
El fiscal de la causa Eduardo Amavet dijo que la decisión “no es un alivio personal, sino que es un alivio para toda la sociedad”.
El ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, indicó que “la alternativa de prisión domiciliaria está en el espíritu del Código Penal cuando no hubiere peligro para terceros, pero en este caso la joven denunció violación y amenaza de muerte, hay un peligro para la sociedad, para la víctima y para el entorno”.
“Está muy bien determinado el alojamiento definitivo”, analizó Casal y consideró que “suena muy fuerte que tuviera un arresto domiciliario”.
“No estamos de acuerdo en absoluto que una pena tan importante de 14 años en un delito tan aberrante de violación de su propia hija tuviera un efecto naturalizado porque iba a ocurrir lo que ocurrió: una conmoción pública por desagrado de esa situación”, añadió en declaraciones al canal TN.
Girat, que se desempeñaba como suboficial del arma de Inteligencia, fue destituido de su cargo en la Armada por orden del ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien además anunció que se abrió una investigación interna para conocer si hubo encubrimiento y complicidades por parte de otros miembros de la fuerza.
Girat fue condenado luego de que su hija Rocío denunció que entre los 13 y los 17 años fue violada por su padre que, incluso, la sometía a torturas. Algunos ataques sexuales ocurrieron en el interior de la Base Naval de Mar del Plata. “Me vio personal militar y nadie dijo nada”, dijo entre lágrimas la joven.