El programa fue anunciado con bombos y platillos: el Gobierno relanzó el 23 de agosto de este año el Plan Argentino Nuclear, que implica, entre otras cosas, finalizar la construcción de la controvertida Atucha II y el inicio de estudios para la realización de otra central. La inversión prevista es de US$ 3.500 millones en 8 años. Además, se reiniciaría la producción de uranio enriquecido que se había interrumpido en los 80.
En el acto en la Casa Rosada destacaron el carácter pacífico de todos los anuncios y aseguraron el cumplimiento de los tratados internacionales que se firmaron. Esto busca evitar tensiones con el gobierno de EE.UU., que se podrían generar más que nada por el tema del enriquecimiento de uranio.
Este sería uno de los puntos clave que se trataron los primeros días de octubre en una reunión entre ambos países (que coincidió con el cierre temporal de Atucha I). En el encuentro –que se realiza desde hace cuatro años por un convenio bilateral existente– participó Elsa Kelly, directora de Asuntos Nucleares de la Cancillería, y expertos de la Comisión Nacional de Energía Atómica, junto a la cúpula nuclear del Departamento de Estado estadounidense.
También se dieron definiciones de los otros puntos del Plan Nuclear. Atucha II, cuyas obras truncas comenzaron hace 26 años, estaría lista para entrar en servicio en 2010. Además, se busca extender la vida útil de Embalse y se realizarán trabajos para prolongar su funcionamiento por 25 años. Los estudios para ver la posibilidad de instalar una cuarta central nucleoeléctrica en el país comenzarían una vez terminada Atucha II.