La semana pasada, la mudanza del monumento a Cristóbal Colón, ubicado frente a la Casa Rosada, causó preocupación en las asociaciones conservacionistas y peleas entre los gobiernos nacional y porteño. Pero esa escultura no es la única en peligro de la Ciudad: el Ministerio de Ambiente y Espacio Público gastó 16 millones de pesos el año pasado para reparar los destrozos causados por el vandalismo. A pesar de esa inversión, muchas muestran signos de deterioro y la ONG Salvemos las Estatuas considera que varias están en emergencia.
PERFIL recorrió los monumentos que la asociación relevó como más afectados. Algunos, como el monumento a Rivadavia, en Plaza Miserere, fueron pintados y acumulan basura. Pero otros sufrieron roturas en el mármol o, incluso, robo de las placas de bronce.
El problema no distingue barrios. En Parque Patricios, El Picapedrero, de Emilio Andina, perdió uno de sus brazos. Y a varias de las figuras del Monumento a España, en Puerto Madero, les faltan piernas, manos y partes de pies.
Salvemos las Estatuas había conseguido varias restauraciones desde que presentó su informe de monumentos en peligro en 2011, entre ellas El Pensador, de Auguste Rodin, en Congreso. Sin embargo, asegura que el problema continúa. “Es poco lo que se hizo. Todavía quedan muchas en malas condiciones”, sostiene Sonia Berjman, experta en arte y patrimonio y miembro de la ONG.
Desde la cartera de Ambiente y Espacio Público indican que en lo que va del año fueron vandalizados y reparados seis monumentos, y en otros todavía están trabajando. “Lo más alarmante es esta tendencia de romper sin sentido. Hay esculturas donde llegaron a robarse los dedos y la mampostería”.
El monumento Izando la Bandera, de Julio César Vergottini, era uno de los señalados por el relevamiento de Salvemos a las Estatuas. Tomás Mauro, un jubilado que visita todos los días la Plaza Colombia, donde estaba ubicado, se queja de que fue retirado pero nunca volvió. “Se lo llevaron hace casi dos años, un tiempo más que suficiente para repararlo”, indica.
La vandalización de monumentos es una contravención con penas de hasta cuatro años de prisión y multas de hasta $ 6 mil. Sin embargo, las estadísticas del Ministerio Público Fiscal porteño muestran que el 85% de las causas son archivadas, ante la falta de pruebas o la imposibilidad de identificar al autor.