SOCIEDAD
a falta de mecenas

El sub 35 del arte argentino “milita” para vivir de su obra

Se reúnen para hacer circular su producción y reducir costos. “La autogestión nos permite llevar adelante nuestros proyectos”, dicen. Les faltan subsidios.

La muestra. La edición numero 22 de la feria arrancó ayer y termina el lunes. Los expertos también destacan la presencia y el interés de los compradores jóvenes.
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Jimena Croceri tiene 31 años y es artista visual. Llegó a ArteBa como miembro de Militantes, la primera galería de arte del Conurbano que tuvo acceso al circuito oficial. La agrupación, que funciona en la casa de Sol Severina, su directora, está integrada por doce artistas de diferentes disciplinas que decidieron reunirse para poder subsistir.

“Nos juntamos para producir obras y hacerlas circular”, explica Jimena. “Como no tenemos subsidios ni sponsors, la autogestión es la herramienta que nos permite llevar adelante nuestros proyectos”, resume. “Pero que no tengamos plata no significa que no podamos producir”, cuenta la joven artista, que en la feria logró vender a $ 9.500 su instalación Viajar por el agua, hecha con 150 tintas de colores y papel de celulosa. Aunque aclara que su principal ingreso es como ilustradora de manuales escolares.

La realidad de Jimena es la de muchos otros compañeros de “militancia”, como les gusta definirse: jóvenes menores de 35 años, apasionados por el arte, que trabajan en diseño, docencia, agencias de publicidad o como asistentes en talleres de pintura y grabado, mientras se dedican a su producción artística.

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Para ellos, la oportunidad de participar en el barrio joven Chandon de ArteBA, la feria de arte contemporáneo que abrió sus puertas ayer y culmina el próximo lunes, es una oportunidad para mostrarse y vincularse directamente con los potenciales compradores.

“Lo llamativo es que los museos exponen artistas muertos y no convocan a artistas jóvenes. Hay que darle más lugar al arte joven para verlo expandirse completamente. Y aunque en ArteBA tienen su espacio, uno se queda con ganas de ver la obra completa de cada uno”, analiza la reconocida artista plástica Marta Minujín.

Por su parte, Mariano López Seoane, integrante del comité de selección del barrio joven, resalta que, así como se brinda un espacio a los nuevos artistas, también es notorio el crecimiento de los jóvenes compradores de arte. “Llama la atención cómo cada vez más jóvenes se vinculan al arte, ya sea como espectadores o inversionistas. Antes no era común ver a alguien menor de 35 comprando un cuadro. Hoy es normal”, aclara.

Dos casos. Nani Lamarque (28) estudió artes visuales en el IUNA y dirige el proyecto Isla Flotante, un colectivo independiente formado por cinco artistas de entre 20 y 28 años que viven en su casa-taller-galería de Barrio Norte, donde además de compartir vivienda aprovechan para difundir sus obras.

“Pensamos que compartir una casa, la misma pasión por el arte y algunos proyectos en común era una buena idea”, explica el artista.

Sebastián Muñoa tiene 29 años y es fundador dueño de la Rea One Day Gallery, un multiespacio de ochenta metros cuadrados ubicado detrás del Shopping Paseo Alcorta. “En este proyecto, ocho artistas laburan y funcionan en comunidad. Mi rol es darles la excusa perfecta para promover sus obras y que puedan venir al taller a crear y desarrollarse. La autogestión es el camino. Por eso decimos que somos nuestro propio foco, nuestra propia luz en medio de la oscuridad”, concluye.