El traductor de los barras K dice que le robaron

Javier Novarini, un ex jugador de Gimnasia y Esgrima de la Plata que no llegó a primera pero desarrolló su  carrera en Europa y Estados Unidos, denunció que un policía le robó su celular y su iPod. Lo curioso del caso es que Novarini llegó a Sudáfrica para ser el traductor de los barrabravas  de Hinchadas Unidas Argentinas y se alojó con ellos en la Christian Progressive School de Pretoria, donde ocurrió el robo.

Según informó hoy el diario Sowetan, durante un allanamiento a la escuela de los barras K, el 9 de junio pasado, un policía le sacó su celular y su iPod. "Estaba parado afuera de mi habitación charlando con algunos de los muchachos cuando un policía entró. A mi no me importó porque era un oficial y ellos podían requisarlo cuando quisiera", dijo Novarini, que en ese momento había dejado ambos aparatos cargando.

"Cuando entré, mis cosas no estaban. Supe que se las había robado el policía porque fue el único que entró a mi cuarto. Cuando lo enfrenté, me lo negó", relató el ex jugador del "Lobo", que actualmente reside en los Estados Unidos, al diario sudafricano. Tres días después le pidió prestado el teléfono a este oficial para pedir un taxi y descubrió que tenía su celular. "Cuando lo sacó me dí cuenta que era el mío. Le pedí verlo de nuevo, pero se reusó. Corrió adentro de la escuela y se escondió", afirmó el argentino.

Novarini sostuvo que enseguida le reclamó a otro oficial que actúe, pero se negó. Recién el 16 de junio, en un nuevo allanamiento al colegio, Novarini se acercó a un oficial de mayor rango para contarle lo sucedido. "Inmediatamente llamó a la policía que registró el cuarto donde se había escondido este supuesto oficial y allí encontraron remeras, cubiertos y otras cosas robadas", marcó. El supuesto oficial fue arrestado y llevado ante una corte de Pretoria; fue liberado tras pagar una fianza de 1500 rands (750 pesos argentinos).

Según informaron a Perfil.com desde la embajada argentina en Sudáfrica, son pocos los casos de inseguridad que han afectado a los ciudadanos de nuestro país que vinieron el mundial. El último fue el de tres jóvenes argentinos, a quienes les desvalijaron la casa rodante que habían alquilado para el Mundial de Sudáfrica 2010 y les robaron hasta los pasaportes. "Por suerte  consiguieron quien los ayude y se quedaron a vivir el campeonato", afirmaron desde la dependencia diplomática.