Un día después del gran operativo de allanamiento de su casa de Martínez, Felipe Noble Herrera (33) retomó su vida cotidiana lejos de los flashes y las tapas de los diarios y cerca de su mujer, Vanesa Defranceschi Sadi (30), y su beba recién nacida, Mora (1 mes).
El heredero del Grupo Clarín aprovechó el frío y lluvioso sábado 29 para despejarse un poco y cambiar una prenda de su hija en el shopping Paseo Alcorta, jornada que fue registrada en exclusiva por CARAS. Ninguna de las personas que lo cruzaron por los pasillos sospecharon que ese joven de carácter amable y vestimenta sencilla es hijo de una de las mujeres más poderosas de la Argentina.
A las 17:20, el hijo de Ernestina Herrera de Noble llegó al paseo de compras junto a su custodio personal y se sentó en el patio de comidas ya que aún no había almorzado. Como cualquier hijo de vecino, Felipe hizo la cola en unos de los locales de comida oriental y ordenó chop suey, chau fan y salmón grillé con agua mineral mientras que su seguridad lo acompañó con un café cortado y una medialuna.
Entre bocado y bocado, charlaron sobre la inminente llegada del Mundial de Fútbol y las posibilidades de la Argentina en el torneo, pero en ningún momento se mencionó lo sucedido el día anterior, quizá como una forma de bloquear el mal recuerdo.